En la madrugada
del 18 de agosto de 1969 finalizaba la primera edición del Festival de
Woodstock (Woodstock. 3 Days of Peace & Music), que había comenzado
en la tarde del 15 con una actuación inolvidable de tres horas de performance
de Ritchie Havens, en las que improvisó lo que luego sería su composición más
famosa, Freedom,
que repetida después en la Isla de Wight acabó convertida en himno generacional
de la contracultura y la libertad.
Ahora, el próximo
18 de agosto de 2013, cuando se cumplen 44 años de la clausura de aquel
festival, las cenizas de Ritchie Havns –fallecido el pasado 23 de abril, a los
72 años, en Nueva York- se van a lanzar desde un avión sobre el monte Catskill,
el lugar donde tuvo lugar el célebre festival de paz, amor y consagración de la
filosofía hippie.
A pesar de que
Havens estaba programado para actuar en quinto lugar en el festival de música
pop y rock más famoso del siglo XX, una serie de casualidades hicieron que
fuera el primero en subir al escenario. Como los artistas que debían actuar
antes que él se encontraban imposibilitados de llegar hasta el lugar del
concierto, a causa de los embotellamientos que se produjeron en todo el estado
de Nueva York por la afluencia de cientos de miles de vehículos, muchos de
ellos caravanas, hacia el recinto del acontecimiento, Ritchie Havens tuvo que
encargarse de llenar “el vacío” , lo que hizo ininterrumpidamente durante más
de tres horas: no solo mantuvo la ilusión del inicio del festival, también
consiguió un éxito que ya no le abandonaría durante los siguientes cuarenta
años. Como estaba empezando y no había preparado un gran repertorio acabó
improvisando sobre una pieza de góspel, Motherless Child, que después se
convertiría en Freedom.
Con la canción y la película rodada sobre los tres días del Festival, Ritchie
Havens dio el salto a la gloria.
Nacido en Brooklyn
el 21 de enero de 1941, el mayor de nueve hermanos, desde los doce años Richard
Pierce Havens se “educó la voz” en grupos callejeros que hacían doo-wop, hasta
que ingresó en los McCrea Gospen Singers. A los 20 años era un habitual del
Greenwich Village, admirador de los poetas de la generación beat que
entusiasmaban en los clubs que el joven frecuentaba ofreciéndose a hacer
retratos a los turistas. Pudo ser un soulman pero
eligió el folk: “Fascinado por la escritura de Bob Dylan, Richie Havens
decididó dedicarse a la guitarra y se convirtió en uno de los pocos cantantes
negros que consiguieron destacar en ese ambiente”.
Tras publicar dos
primeros álbumes que pasaron inadvertidos, Mixed Bag, en
1967, que incluía una versión de Just Like a Woman (Dylan),
hizo que la crítica se fijara en él. Antes de Woodstock ya había editado varias
hermosas grabaciones, catalogadas como folk-rock-soul, tales como Something Else Again
(1968) o el doble Richard
P. Havens (1969), que contenía el clásico Indian Rope Man,
versionado posteriormente por Bob Marley con el título African herbsman:
“Más que las grabaciones, lo que impresionaban eran las apariciones escénicas
de aquel hombre inmenso con aquella enorme barba”.
En 1971 consiguió
un enorme éxito comercial con el álbum Stonehenge, en el
que figura una versión de Here Comes the Sun,
de los Beatles. No sería la única: a partir de entonces Richie Havens versionó
muchas de las canciones del grupo de Liverpool, que incluía siempre en sus
conciertos. En aquella misma época, a mediados de los ’70, se comprometió en la
lucha ecológica participando en la fundación de un museo oceanográfico en el
Bronx neoyorquino y una asociación para la educación medioambiental.
Tras permanecer
arrinconado unos años en que el folk “no estaba de moda” y tener algunos
escarceos con el cine, como una versión musical de Otelo (1974) o su
aparición junto a Bob Dylan en Hearts of Fire
(1987), el regreso del género a la actualidad musical (1990-2000) le devolvió a
los escenarios, a los conciertos, a la carretera, a las colaboraciones con
grupos electrónicos, a la grabación y producción de nuevos álbumes… Sus fans no
le olvidaron nunca: Bill Clinton le invitó a actuar en 1993, en la fiesta de
inauguración de su mandato; Sean Penn se lo llevó a Cannes, para la
inauguración en 2008 del Festival que presidió. Ese mismo año, Richie Havens
publicaba el último álbum, Nobody Left to Crown;
en marzo de 2012 anunciaba su retirada “por problemas de salud”.
Su guitarra tenía
un estilo intenso y rítmico que le distinguía y ”poseía una de las voces
(ronca, potente) más reconocibles de la música popular, su estilo de
canto inflamado, desgarrador y emotivo es único, y no tiene edad”, escribió la Agencia Roots al
dar la noticia de su muerte. A partir de ahora, sus cenizas pasan también a
formar parte del mítico escenario de su primer triunfo.
Con 25 álbumes en
su haber, Ritchie Havens ha dejado en herencia a sus muchos incondicionales una
discografía impresionante y un compromiso muy especial con la defensa del medio
ambiente.
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