Amnistía
Internacional ha emitido un comunicado por la condena dictada el lunes 12 de
agosto de 2013 en Arabia Saudí contra el escritor Raif Badawi, de siete años de
prisión y 600 latigazos por expresar pacíficamente sus ideas, que la ONG
califica de “afrenta a la justicia y una atroz violación de las obligaciones
contraídas por Arabia Saudí en materia de derechos humanos”.
“La flagelación es
un castigo corporal que viola la prohibición, establecida en el derecho
internacional, de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes”, añade AI, que condena enérgicamente la constante represión
que las autoridades saudíes ejercen sobre la libertad de expresión y las
numerosas condenas dictadas contra activistas de derechos humanos en el país en
lo que va de 2013.
La organización
considera que Raif Badawi y todas las demás personas detenidas exclusivamente
por ejercer su derecho a la libertad de expresión son presos de conciencia y
pide su libertad inmediata e incondicional.
El 29 de julio, un
tribunal penal de Yidda, en el oeste de Arabia Saudí, declaró a Raif Badawi
culpable de, entre otras cosas, crear y mantener un foro online –Saudi Arabian
Liberals–, en el que se publicaban comentarios anónimos considerados ofensivos
hacia el Islam por las autoridades religiosas. Raif Badawi fue declarado
culpable asimismo de insultar a los símbolos religiosos en sus publicaciones en
Twitter y Facebook, y de criticar a la “Comisión para la Promoción de la Virtud
y la Prevención del Vicio” (conocida también como policía religiosa) y a las
autoridades que se oponen a incluir mujeres en el Consejo de la Shura. El juez
ordenó también el cierre del foro.
“El enjuiciamiento
y la condena de Raif Badawi por expresar opiniones, entre ellas sus dudas sobre
la interpretación oficial de la religión y las prácticas religiosas, es el
episodio más reciente de un intento creciente de las autoridades saudíes de
impedir toda forma de libertad de expresión”, continua AI en su comunicado.
Durante 2013, las
autoridades saudíes han acosado, intimidado, detenido o condenado a más de una
decena de destacados activistas de derechos humanos por ejercer su derecho a la
libertad de expresión, asociación y reunión. El día que Raif Badawi fue
condenado, su abogado, Waleed Abu al Khair, destacado defensor de los derechos
humanos, compareció ante el tribunal para la sesión número 13 de su juicio –que
dura ya 20 meses– por ridiculizar el sistema judicial saudí.
Tan sólo en junio
de 2013, las autoridades saudíes condenaron al menos a 11 personas a penas de
cárcel por manifestar sus opiniones en la web. El 24 de junio, el Tribunal Penal
Especial de Dammam condenó a siete hombres, a entre cinco y diez años de
prisión, por publicar en Facebook comentarios en apoyo a un clérigo musulmán
saudí detenido en la Provincia Oriental del país, en la que las manifestaciones
celebradas se han reprimido haciendo uso de una fuerza excesiva.
Ese mismo día, las
autoridades condenaron y encarcelaron a Abdulkareem Yousef al Khoder,
catedrático de Jurisprudencia Islámica y cofundador de la Asociación Saudí de
Derechos Civiles y Políticos, a ocho años de prisión y diez años de prohibición
de viajar por cargos imprecisos como desobedecer al gobernante, incitar al
desorden convocando manifestaciones, dañar la imagen del Estado difundiendo
información falsa a grupos extranjeros y participar en la fundación de una
organización no autorizada. Anteriormente, en marzo, las autoridades condenaron
a otros dos cofundadores de la Asociación y defensores de los derechos humanos,
el Abdullah bin Hamid bin Ali al Hamid y a Mohammad bin Fahad bin Muflih al
Qahtani, a penas de entre cinco y diez años de prisión y a prohibiciones de
viajar de la misma duración por cargos igual de imprecisos.
Una semana antes,
el 17 de junio, el Tribunal Penal Especial de Yidda condenó a un destacado
activista de derechos humanos, Mikhlif bin Daham al Shammari, a cinco años de
prisión seguidos de diez años de prohibición de viajar por su activismo
pacífico de derechos humanos. También en junio, las autoridades condenaron a
dos destacadas activistas de los derechos de las mujeres, Wajeha al Huwaider y
Fawzia al Oyouni, a diez meses de prisión por tratar de ayudar a una mujer de
la que las autoridades consideraban que desafiaba a su esposo.
“Además de tomar
medidas represivas contra activistas y organizaciones, las autoridades saudíes
han tratado de eliminar la presencia online y las cuentas en redes sociales de
activistas y organizaciones, como han hecho con el sitio web de Raif Badawi,
Saudi Arabian Liberals. El mismo día que se desmanteló la Asociación Saudí de
Derechos Civiles y Políticos, se ordenó el cierre de las cuentas de la
Asociación en las redes sociales. También se ha ordenado a decenas de hombres y
mujeres detenidos en las manifestaciones de los últimos meses que cancelen sus
cuentas en redes sociales, y se les ha amenazado con largas penas de prisión si
hablan públicamente de sus casos, o utilizan Internet para hacer activismo.
El hecho de que se
haya detenido y condenado a activistas sobre la base del contenido de sus
publicaciones en Twitter o Facebook sugiere que las autoridades están vigilando
estrechamente los espacios públicos en la web. A algunos activistas se les ha
acusado de “delitos” tales como ponerse en contacto con grupos extranjeros –en
muchos casos, organizaciones internacionales de derechos humanos– o guardar y compartir
información en Internet.
Las autoridades
también han tomado medidas para vigilar y controlar el software cifrado de
redes sociales como Viber, Skype y Whatsapp. En marzo, se filtró una carta
“confidencial y urgente” de la Comisión de Comunicaciones y Tecnología de la
Información saudí que pedía a los proveedores de Internet que tomaran “todas
las medidas necesarias para ejercer un control de seguridad sobre las
comunicaciones”. En otra carta “confidencial y urgente” posterior, la Comisión
pedía que todos los proveedores informaran a las autoridades sobre los
progresos conseguidos en la vigilancia de las aplicaciones de redes sociales y
que, en ausencia de progresos, notificaran a la Comisión su capacidad técnica
de cerrar esas aplicaciones. Poco después, Viber anunció que se habían
bloqueado sus servicios en Arabia Saudí, aunque se restauraron unos días
después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario