“Alma Mahler. La pasión”, dirigida por el austríaco Dieter Berner (“Egon Schiele- Death and the Maiden”, actor en “El séptimo continente” de Michael haneke), se centra en la figura de la gran dama de la sociedad cultural de Viena Alma Mahler quién se niega a aceptar el rol de madre y musa que le atribuye la sociedad. La película sigue el “amour fou” entre Alma y el artista expresionista mucho más joven Oskar Kokoschka. Oskar y sus otros compañeros equiparan el amor con la propiedad y, naturalmente, asumen que la búsqueda del éxito les pertenece solo a ellos como hombres, pero Alma lucha por su autonomía y éxito social.
Protagonizada por Emily Cox (The Last
Kingdom) y Valentin
Postlmayer (En el
lugar del crimen), “Alma Mahler, la pasión” (1) es
un biopic sobre una mujer de trayectoria especial, cuya vida ha sido recreada
en diversas ocasiones, tanto en la literatura como en el cine. Nacida en 1879
en una Viena desbordante de talentos artísticos, hija de una cantante y un
pintor paisajista, y esposa primero de Gustav Mahler, uno de los grandes compositores musicales de
la época, y después del arquitecto Walter Gropius y del escritor Franz Werfel, ella
misma demostró notables cualidades como compositora e intérprete de piano. Alma
terminó sus días al otro lado del Atlántico, en Nueva York.
En la primavera de 1912, Alma Mahler, reciente
viuda y Gran Dama de la Sociedad de Viena, siente una enorme atracción por los
artistas y frecuenta a una notable
cantidad de genios, a los que seduce e inspira. Musa y amante del pintor Gustav
Klimt, en vísperas de la Primera Guerra mundial vive una pasión enloquecida con
Oskar Kokoschka, diecinueve años más joven. Alma se niega a ser solamente una
musa y después de un tiempo, su romance, la lujuria, el deseo, una pasión
autodestructiva y los egos mutuos comienzan a amenazar la existencia de
ambos, hasta un punto de no retorno. La ópera “Amok” reconstruye su agitada
trayectoria
Hacia 1830, una enfermedad mental de origen
malasio, el “amuk” o “furor incontrolable”, empezó a extenderse por occidente
con el nombre de amok, una especie de acceso de rabia con tintes suicidas. En1909, Kokoschka pinta un cuadro que titula Amokläufer («Corredor de amok»,
título que lleva también una novela de amor de Stefan Zweig), que es como una
predicción de la locura en que va a hundirse su vida.
Según el realizador Berner « aunque Alma y Oskar
son personajes históricos, el público debe verles como si estuvieran aquí y
ahora. Sus conflictos son modernos y no necesitamos evocaciones nostálgicas del
pasado para entenderles. Somos testigos de una mujer que más tarde será
conocida por su reputación de coleccionista de hombres como si fueran trofeos
de caza. Y de un hombre poseído por la necesidad de crear, no solo obras de
arte, también su vida, que comparte con una mujer a la que admira profundamente ».
(1) “Alma Mahler. La pasión” puede
verse en los cines de Madrid a partir de hoy, 8 de septiembre de 2023.
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