Tras arruinarse, Alex (Lino Guanciale,
“A Roma con amor”) pide un préstamo a sus hermanos Fanny (Matilde Gioli, “El
capital humano”), Oreste (Stefano Fresi, “Corazón puro”) y Giacinto (Libero De
Rienzo, “Easy”), que deciden vender la
casa del padre (Sergi Diberti), quien lleva cinco años en coma en un hospital.
Hasta aquí la casa y familia. El milagro es que, cuando ya se han deshecho de
la casa y han vendidos los enseres a una troupe de gitanos, el padre despierta
súbitamente del coma y a los hermanos se les plantea el dilema de tener que
decirle lo que han hecho.
“Una
casa, la familia y un milagro” (La casa di famiglia) es el debut en la
realización de Augusto Fornari (anteriormente actor, “A Roma con amor”, “Gente
di Roma”), guionista también junto a su hermano Antonio) con esta historia del
escritor Andrea Maia. El director confiesa que siempre le han “fascinado las
historias de familia”.
La
familia de esta película sincera es una especie de isleta en la que se suceden
complicidades e incomprensiones y en la que, a diferencia de lo que muchas
veces ocurre fuera de la ficción, todos los malos rollos acaban perdonándose.
Aquí es justamente la relación de cada uno de los personajes con la casa la que
proporciona credibilidad a la forma en que se resuelven las situaciones de
amor/odio tan comunes entre hermanos.
Comedia ligera, simple, agridulce y predecible, en la línea de tantas otras
similares –no solo en Italia, también en Francia y España- que nos da la
impresión de estar siempre viendo la misma historia. Aunque hay que añadir que
se ve fácilmente y algunos de los gags son realmente divertidos, lo que con una buena traducción hará que sea
fácilmente exportable. Si a la narración le falta un poco de ironía le sobra en
cambio ternura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario