En 1722 -en pleno “siglo de
las Luces”, el de la Ilustración, la independencia de Estados Unidos y la
Revolución francesa- en un islote del río Bidasoa, tuvo lugar una escena
insólita: se cumplió un contrato ideado por el Regente francés, Felipe de
Orléans, y firmado con la casa real en Madrid y que tenía como objetivo poner fin a los
trece años de guerra entre Francia y España, consistente en un intercambio de
princesas borbónicas. Mademoiselle de Montpensier, hija del Regente, una en
cierto modo rebelde de 12 años, pasaba a España para contraer matrimonio con el
príncipe de Asturias y heredero del trono, Don Luis, de 15 años, mientras que
la pequeña infanta Anna María Victoria, de 4 años, dejaba a su familia para
casarse en París con su primo Luis XV, de 11 años, cuya vida había sido hasta
entonces una sucesión de duelos.
Dos bodas que tres años más
tarde se demostrarían un fracaso inspiraron en su día a la historiadora y
novelista francesa Chantal Thomas el romance real “L’echange de pricesses”, y ahora al novelista
y realizador Marc Dugain (“Una ejecución ordiaria”) una crónica monárquica en forma de película, que se estrena en
España con el título “Cambio de reinas”, sobre las estrategias en lo alto del
poder para conseguir una paz que, como escribe el crítico Jerôme Garcin, “no es
algo que se deba dejar en manos de los niños”.
Este intercambio de
princesas, que no de reinas, es una crónica de aquella realidad en la que los
adultos sacrificaban “intercambiaban, instrumentalizaban, exiliaban” a unas niñas en nombre de un deber sagrado que se heredaba con el apellido. Una
pintura en claroscuros del final de una época y un mundo al que ya se le veían
las grietas, en el que la pequeña infanta Anna Maria Victoria, una “mujer en
miniatura” que impacta especialmente, está tan imbuida de sus deberes reales que, en un
momento tragicómico lleno de patetismo, llega a asegurar que se ha enamorado de
su futuro marido.
“Cambio de reinas” es una
hermosa película histórica, cruel y trágica, interpretada por jóvenes actores
con talento, basada en la realidad de los matrimonios forzados entre príncipes
y princesas, cuya única finalidad era perpetuar las dinastías robando la
infancia y adolescencia de aquellos niños. Unos hechos prácticamente ignorados
en nuestros libros escolares de texto -el final de la Regencia y el comienzo de
reinado de Luis XV-, a pesar de que dos de los cuatro protagonistas fueron
borbones españoles.
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