El 12 de septiembre de 2003 Johnny Cash fallecía en Nashville,
capital mundial de la música country. Tanto por su talento como por sus locuras
y sinsabores se ganó, con una obra prolífica y muy rica, el reconocimiento de “leyenda
en la música country” y el del universo del rock. Johnny Cash fue un
modernizador de la tradición musical de los indios cherokis, uno de los creadores
del rockabilly y una figura de Nashville, además de inspirador de la corriente
renovadora del country en los años de 1970.
De familia extremadamente pobre de Arkansas –nació en una cabaña
en Kingsland el 26 de febrero de 1932, en plena depresión, en un hogar con
otros cinco hijos que trabajaba en los campos de algodón- fue su madre, pentecostista,
cantante de folk y guitarrista amateur, quien le inició en la música. Después
de trabajar en los campos, en diversas fábricas, los ferrocarriles y de vender de puerta en
puerta, se enroló en la US Air Force en
1950 y allí empezó a escribir poemas y componer canciones, al tiempo que tocaba
en diversas orquestas militares, y se hacía llamar J.R. Cash. La R de su nombre
es un misterio irresoluble. Cuando le desmovilizaron, en 1954, Johnny se
instaló en Memphis, formó un trío con el guitarrista Luther Perkins y el bajo
Marshall Grant, grabando un primer disco para la marca Sun Records con el
nombre de Johnny Cash and the Tennesse Two, y consiguiendo los primeros éxitos en las
emisoras con las canciones « Cry,cry, cry » y « Hey,
Porter », en 1955.
Su voz grave y
profunda de bajo barítono, que sería la piedra angular de la música country
estadounidense durante cuatro décadas, así como la calidad de sus letras, que son una
mirada agridulce sobre la sociedad sudista de su época (“So Doggone Lonesome”,
“I Walk The Line”, “Ballad of the Teenage Wueen”, “Folsom Prison Blues”,
considerada hoy como precursora
del gangsta rap, subgénero del hip-hop aparecido en la Costa Oeste en los años
1980 …), y la elección de una forma de aparecer en el escenario acorde con su
ideología izquierdista, ese look de
vaquero tan reconocible, construyeron la imagen que seguimos teniendo de quien
fue acreditado familiarmente como el
“hombre de negro”, y también como “el poeta de los trabajadores pobres”. Sus canciones sobrias describían la vida de los
mineros del carbón, los aparceros, los condenados y los cowboys, los
ferroviarios y los obreros, consiguiendo
forjar una música folklórica dura “que parece borra las fronteras entre el
canto, la narración y la experiencia de la vida extenuante”.
Considerado al
mismo tiempo uno de los pioneros del rock –con Elvis Presley, JerryLee Lewis y
Carl Perkins- ha pasado finalmente a la historia de la música como el
compositor e intérprete de los dos géneros que cultivó. En 1992, 12 años
después de su ingreso en el Panteón de la Música Country, fue elegido para
pertenecer al templo del rock, Rock and Roll Hall of Fame siendo, hasta el día
de hoy, el único intérprete entronizado en ambos santuarios. Los rockeros le
consideran uno de los suyos a partir del momento en que grabó con Bob Dylan el
dúo de « Girl from de North Country » (en el ábum “Nasville Skyline”
de Dylan).
Incapaz de leer música, Johnny Cash
componía las canciones en su cabeza y las tocaba cientos de veces con la
guitarra hasta que se sentía satisfecho. En cuanto a los poemas, escribía
mientras viajaba de un lugar a otro. A lo largo de su carrera escribió y grabó más
de 1.500 canciones (blues, himnos, cantos de vaqueros, baladas indias,
canciones de ferroviarios, para niños, patrióticas, canciones de amor, de
soledad y de muerte, y recitados), consiguió 11 Grammys, entre ellos un “premio a la excelencia” (Grammy Legend
Award) en 199o, y ejerció una influencia incalculable sobre la música: “…reforzó
las relaciones entre la música folk y la country, poniendo de manifiesto sus
similitudes y diferencias”, como reconocía el músico e historiador Rich Kienzle
en la revista Country Music. Antes de
que se inventara el término de “álbum concepto”, Johnny Cash compuso álbumes
temáticos como “Ride this Train” (el octavo de su discografía,1960), “Blood,
Sweat and Tears” (el número quince, 1963, colección de canciones sobre los
trabajadores estadounidenses), “Bitter Tears” (1964, con el subtítulo de
Ballads of the American Indian) y “Johnny Cash sings Ballads of the True West”
(1965).
Los mensajes de las canciones de Johnny
Cash trascienden los límites geográficos, de clase y de generación. Paul
Hemphill, historiador de la música country, ha escrito de él: “Cash todo de
negro, Cash con el sufrimiento humano en sus ojos y en su rostro torturado. Cash insolente y
loco, Cash con un abrigo negro, pantalón de gala y zapatos elegantes, Cash
balanceando su guitarra, mostrándola como si fuera una metralleta…cosas todas
que cautivaban al mundo entero”. Recurrente en sus depresiones y sus problemas
con las drogas, en especial las anfetaminas y los barbitúricos, hizo varias curas de rehabilitación
infructuosas hasta que se casó, en 1968, con su segunda esposa, June Carter,
hija de la célebre Maybelle Carter, compositora, cantante e integrante del trío
The Carter Family, grupo de referencia de la música popular rural de los años
1920, antecedente de la country music.
Dos
títulos emblemáticos
En su trayectoria profesional, con los
altibajos que suelen conocer todos los artistas, Johnny Cash se apoyó en dos canciones que le acompañaron siempre:
“I Walk the Line” y “Folsom Prison Blues”. La primera, editada en mayo de
1956, dirigida a su novia de entonces
y primera mujer, Vivien Liberto, el
entonces soldado en Alemania le hace una declaración de intenciones, le cuenta
de su amor y le confiesa la severa fidelidad sexual a que le obliga su
educación religiosa: “Tienes la llave
para mantenerme a tu lado/me das motivos para el amor que no puedo esconder./
Por ti incluso he luchado he intentado luchar contra la marea./ Porque eres
mía, camino por la línea”.
En la violenta “Folsom Prison Blues”,
grabada el mismo año, aparece el Cash rebelde, que transmutado en proscrito
reformado canta: “Maté a un hombre en Reno solo para verle morir”. Hay que decir
que nunca mató a nadie ni estuvo en las cárceles más que para hacer recitales: “No he visto el sol/ desde no sé cuando./
Estoy atrapado en la prisión de Folsom./ De la fuerza aérea a la estrella”.
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