Basada en la novela fantástica “The
little Broomstick”, de la británica Mary Stewart, « Mary y la flor de la bruja” (Meari To Majo No Hana) es una estimable película de animación japonesa (aunque sus personajes son occidentales) firmada por Hiromasa
Yonebayashi (“El recuerdo de Marnie”, “Arietty y el mundo de los
diminutos”), que con esta película inaugura un nuevo y prometedor estudio de animación.
Es verano y
Mary, pelirroja como las mejores heroínas de las fábulas infantiles (Matonkiki,
Pippi Langstrump) está pasando las vacaciones en casa de su tía
abuela en el pueblo de Manoir Rojo, donde se aburre en medio de tanta niebla
británica. Paseando por el bosque vecino descubre una misteriosa flor de color
malva, que solo florece cada siete años, y que se conoce como “la flor de la
bruja”. Por una noche, y gracias a la flor, Mary tendrá poderes mágicos, subida
en el palo de la escoba mágica y acompañada por el gato Gib llegará a una isla
flotante y podrá entrar en Endor College, la escuela más reputada del mundo de
la magia, que se encuentra en el cielo, por encima de las nubes. Poco a poco
irá conociendo el secreto que encierra la flor…
Cine de animación
muy simpático y con una inocencia contagiosa, apto también para adultos que, un
poco a la manera de Harry Potter y también de las aventuras de Alicia,
trasgrede las jerarquías pasa de las nubes a las flores y se adentra en las
espesuras del bosque donde los brujos y las brujas se surten de plantas que
envenenan y curan.
Visualmente
suntuosa, “Mary y la flor de la bruja” está realizada con una maestría técnica
que en algunos momentos hipnotiza, y a pesar de los esfuerzos de su realizador por
alejarse del folklore japonés al uso, no lo consigue plenamente. En todo
momento encontramos algo de las grandes producciones del género de animación
japonés en esa niña inglesa y esos
bosques poblados de animales familiares. Recomendable para un buen rato de
desconexión de este mundo.
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