Annette Bening (“Los chicos están bien”, “Conociendo a
Julia”) y Jamie Bell (“Billy
Elliot”, “Historia de un secuestro”) son la apasionada pareja del último largometraje
de Paul McGuigan (“El caso Slevin”, “Victor
Frankenstein”), una adaptación de las memorias de
juventud del actor británico Peter Turner en las que relata su
relación sentimental con la actriz del cine clásico Gloria Grahame, ganadora
del Oscar a la mejor actriz secundaria por “Cautivos
del mal”, de Vicente Minelli, en 1953.
La actriz Gloria Grahame, poseedora de
uno de los ojos más claros y más seductores del Hollywood de los años dorados,
murió en 1981 Nueva York, a los 58 años, a consecuencia de un cáncer de
estómago, del que se negó a ser tratada. La actriz, una excéntrica diva en el
tiempo que duró su estrellato y después menospreciada por la industria, pasó
los últimos meses de su vida en la modesta casa de la familia de su joven
amante, treinta años menor, en Liverpool.
La
apasionada relación entre la antigua estrella refugiada en los teatros ingleses
y el joven actor que hacía sus primeros pinitos en los escenarios, es muy real
por improbable que pueda parecer. Durante un año y medio pasearon su idilio por
el Reino Unido, Nueva York y California. Al cabo de un tiempo la chispa empezó
a decaer y Turner regresó a Liverpool, hasta que le llegó la noticia de que su
ex amante había sufrido un desmayo en un hotel de Lancaster. Fue a buscarla y
llevó a Gloria a casa de sus padres, donde estuvo cuidándola, desahuciada,
hasta que apareció uno de los hijos de la actriz que se la llevó a Nueva York,
donde falleció apenas recién aterrizada.
El convincente trabajo de los dos
intérpretes hace la historia aun más real, tanta es la química que existe entre
ellos, convirtiendo la película en un homenaje a la mujer capaz de vivir
intensamente el último de sus amores, ignorando los prejuicios de edad, acento
y clase social, y en un canto a la humanidad.
Peter
Turner escribió “Las
estrellas de cine no mueren en Hollywood” en 1986, cinco años
después de la muerte de Gloria Grahame: “No quise indagar en la vida de Gloria.
Todo son recuerdos, no hay investigación porque además entonces no había
Google, Internet ni DVD’s para recuperar su filmografía... La única manera que
tenía de ver sus películas era cuando las emitían por televisión, muy de vez en
cuando”.
Gloria
Grahame (1923-1981) fue actriz con una
belleza muy especial. Apareció en películas como “Encrucijada de odios”, “Los sobornados”, “¡Qué bello es vivirt!”,
“Oklahoma”, y en la serie “Hombre rico, hombre pobre”, en los años 1970, cuando
ya la habían olvidado los importantes realizadores que la quisieron como protagonista:
como Frank
Capra, Vincente Minnelli, Fritz Lang, Elia Kazan, Fred Zinnemann, Robert
Wise, o Nicholas Ray, con quien estuvo casada
y tuvo un hijo.
Peter Turner nació en 1952
y empezó a trabajar en el teatro con 17 años. En 1978 conoció a Gloria Grahame,
cuando la actriz alquiló una suite en la planta baja de la pensión de Liverpool
que regentaba una ex actriz y le había alquilado una habitación.
Años después de la muerte
de Gloria Peter Turner abandonó las actuaciones, se fue a vivir a Londres y siguió
trabajando como escritor y guionista. En el año 2000 dirigió el documental “I
Used to Be in Pictures”, para el que entrevistó a una treintena de viejas
glorias del cine mudo.
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