viernes, 12 de mayo de 2017

La elección de Macron: razones para enfadarse, alegrarse y comprometerse



Le Pen fue descartada, y eso es bueno. El problema es que la política antisocial de Macron seguirá favoreciendo el auge del FN (Frente Nacional, partido de extrema-derecha de la candidata Marine Le Pen). Felizmente, su gobierno que es un mosaico de miembros de partidos de derecha y de izquierda promete ser débil, por tanto vulnerable a las luchas sociales. Nosotros debemos obstaculizarlo y construir una alternativa revolucionaria.

¡Emmanuel Macron será presidente! El candidato de la patronal ha ganado contra Marine Le Pen, la fascista que ha cambiado de imagen. Para los electores de izquierda es un alivio relativo (Le Pen descartada), que se suplanta inmediatamente por una clara frustración (Macron electo). Para quienes, como en Alternative Libertaire, no creen que la política institucional pueda cambiar cualquier cosa, esta elección solo configura de nuevo las modalidades de lucha.

Las razones para enfadarse

Recordamos algunos rasgos del programa de En Marche (partido de Macron).

Reducción de los impuestos para los ricos: mutaciones del Impuesto de Solidaridad sobre la Fortuna (ISF) «para eximir a miles de hogares hoy día sometidos al ISF».

Destrucción de los servicios públicos: supresión de 120.000 puestos de trabajo en los hospitales, las escuelas y el conjunto de los servicios públicos, y de 70.000 a 75.000 en las colectividades territoriales. En otras palabras, la promesa de aulas con 12 alumnos en la escuela primaria es una mentira.

Destrucción del Código del trabajo: continuidad de la ley El Khomri, dando la prioridad a los acuerdos de empresas sobre los acuerdos de sector y sobre el Código del trabajo.

Destrucción de la protección social: disminución de las contribuciones sociales, de las prestaciones del seguro de enfermedad, de desempleo y médico. La mejora de la protección de los trabajadores independientes es humo y espejismo.

Penalización de los desempleados: reducción de su posibilidad de decir no a un empleador.

Penalización de los trabajadores: supresión de la norma de 35 horas semanales para los jóvenes asalariados.

Fortalecimiento de la represión: 10.000 puestos de policía más.

Contra todos estos ataques anunciados tendremos que resistir.

Las razones para alegrarse

Macron va a seguir las políticas neoliberales y de regresión social de sus predecesores. Pero, al contrario que el bulldozer Sarkozy (presidente de derechas entre 2007 y 2012), y del ilusionista Hollande (Partido Socialista, presidente entre 2012 y 2017), él acumula algunas desventajas:

Su base electoral es inestable: el candidato solo se presentó como un joven político, solo vendió sueño y palabras vacías como «ni derecha ni izquierda». Para quienes le creyeron, el desencanto va a ser duro.

Su base social es muy reducida: mal visto en los entornos de la burguesía tradicional, despreciado por las clases populares, solo le apoyan el Medef (Movimiento empresarial de Francia), los comerciantes que esperan reducciones de impuestos y los dueños de empresas emergentes, «creativos» y otros ávidos por hacer negocios en el web 2.0. No es mucho en realidad.

No se beneficia de la etiqueta de izquierda, lo que demasiadas veces intimida a los movimientos sociales y sindicales. En los entornos militantes, nadie espera algo del promotor de las leyes Macron y El Khomri. No se va producir un estado de gracia.

No está seguro de conseguir una mayoría parlamentaria en las próximas elecciones legislativas. Aunque lo consiguiera, no sería estable, estaría constituida por desertores y néofitos sin experiencia. Lo que impedirá su pretensión de «gobernar por decreto» ya que para ello necesita el consentimiento del Parlamento.

Este poder va a ser débil, y es una buena noticia para el movimiento social, sindical y más ampliamente, para la “izquierda de la calle”: todos cuantos no esperan gran cosa de les urnas y piensan que se gana más mediante la lucha. Bloquearemos la política de «La Rèpublique En Marche» en la calle, en las empresas, y en los barrios.

Las razones para comprometerse

Contra Macron, contra Le Pen, contra la derecha, pero también contra la neosocial-democracia que Mélenchon quiere inventar. Afirmamos que no van a resolver el desempleo, la miseria y la crisis ecológica sin poner en cuestión el capitalismo, o sea la propiedad privada de los medios de producción y de intercambio que prohíben verdaderos opciones democráticas.

Nuestro enemigo no es el «sistema», término que ya no significa nada porque de Dupont-Aignan a Macron, pasando por Le Pen y Fillon, todos los políticos se oponen al «sistema».

Nuestro enemigo tiene un nombre, mucho más evidente que, extrañamente, los políticos evitan mencionar: es el capitalismo. Tanto si es «globalizado» como «patriota». Nosotros le oponemos la autogestión socialista, el único proyecto capaz de cambiar la sociedad y la vida.

Alternative Libertaire (http://www.alternativelibertaire.org/)

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