Gabor, una historia de superación

Emotivo documental sobre lo que pueden conseguir la fuerza de voluntad y el coraje de un invidente, que conserva memoria fotográfica y visual de cuando veía. Ganador del Premio al Mejor Director y Premio del Público al Mejor Documental en el pasado Festival de Málaga y Premio al Mejor Documental, otorgado por Canal + en el Documenta Madrid 2014.

Sebastián Alfie, un joven realizador argentino afincado en Madrid, tiene que filmar un documental sobre la ceguera en el altiplano boliviano, por encargo de una organización humanitaria. Buscando material para rodarlo conoce a Gabor, un antiguo director de fotografía húngaro retirado que perdió la vista hace diez años y que justamente tiene una empresa de alquiler de equipos para cine. Alfie le propuso que fuera su jefe de iluminación y que rodaran juntos en Bolivia. El resultado es algo parecido a un diario de rodaje, en condiciones difíciles, de un equipo afectado por la falta de medios económicos y el mal de altura a 4.000 metros, aunque con mucha voluntad y toda la imaginación necesaria para llevar a cabo el empeño.

“Al conocer a Gabor –ha dicho Sebas- comprendí que su historia era demasiado interesante como para no ser contada. Un director de fotografía que se queda ciego no sólo es una broma del destino, también es una metáfora en sí misma. Luego, al tratarlo, me di cuenta de que más allá de sus circunstancias excepcionales, de su lucha de superación, había en Gabor una personalidad rica y compleja. Y me propuse mostrarla de la manera que, creo, sirve para conocer mejor a una persona, trabajando juntos, filmando”.

El tema de la película es exactamente eso: un documental sobre la vida de tres personas invidentes en la Bolivia pobre, los esfuerzos de una cirujana oculista para devolverles la vista y, sobre todo, la vivencia de dos amigos cineastas en la que uno, el que ve, aprende del ciego que “cuando se tienen muchas ganas de hacer algo no hay obstáculos, porque esas ganas hacen que te levantes de la cama y salgas corriendo, son ganas que involucran cada célula de tu cuerpo, incluso aunque estés ciego”.