Sigue exiliado en Rusia un año
después de revelar las escuchas de la NSA
Presentado habitualmente como «el
premio Nobel alternativo», el Right Livelihood Honorary Award (*), creado para
recompensar a quienes protagonizan acciones destinadas a mejorar la condición
humana, ha sido en este año de 2014 para Edward Snowden, el ex consultor
informático de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense autor de
las revelaciones sobre las escuchas masivas llevadas a cabo por los servicios
de inteligencia de su país; un premio compartido con Alan Rusbridger, el
redactor jefe del diario británico The Guardian, el primer medio que publicó los
datos pirateados por Snowden.
La fundación sueca Right Livelihood
Award, que en 1980 creo el premio, destaca “el valor y la competencia” con que
Edward Snowden reveló “esa vigilancia de una amplitud sin precedente, efectuada
violando los procedimientos democráticos y los derechos constitucionales
fundamentales” y destaca de Alan Rusbridger el empeño “por construir a nivel
mundial un medio de comunicación dedicado al periodismo responsable y el
interés público, impávido ante los riesgos de exponer las malas prácticas empresariales
y gubernamentales”.
El millón y medio de coronas suecas
del premio, que se entregarán en una ceremonia en el Parlamento sueco el 1 de
diciembre de 2014, lo van a compartir con otros tres candidatos seleccionados:
el abogado paquistaní Asma Jahangir “por defender y promover los derechos
humanos en Pakistán y más allá, a menudo en contextos muy difíciles y complejos
y con gran riesgo personal”, el también defensor de los derechos humanos Basil
Fernando, natural de Sri Lanka y miembro de la Comisión Asiática de Derechos
Humanos (Hong Kong/China) “por su destacada labor apoyando y documentando la
aplicación de los derechos humanos en Asia” y el destacado ecologista y
escritor estadounidense Bill McKibben “por movilizar un creciente apoyo popular
en los EE.UU. y en todo el mundo hacia la adopción de medidas enérgicas que
contrarresten la amenaza del cambio climático global”. En el caso de Snowden no
recibirá la parte que le corresponde del premio en metálico pero la fundación
sueca se hará cargo de todos los gastos de su defensa en el futuro.
Edward Snowden, todavía hoy
refugiado en Rusia, escapó en 2013 de Estados Unidos (donde está acusado de
robo de una propiedad del Estado y difusión de informaciones relativas a la
defensa nacional, así como de documentos clasificados como secretos) vía Hong
Kong llevándose una cantidad ingente de ficheros y datos informáticos que a
medida que se han conocido han ido revelando las escuchas telefónicas y
electrónicas de la NSA.
“Este joven de 29 años acaba de
renunciar a toda su vida (a su novia, a su trabajo, y a su casa) –se leía en la
recogida de firmas que Avaaz organizó en junio de 2013 cuando se descubrió lo
que Snowden había hecho- para destapar el siniestro programa de ciberespionaje
del gobierno de Estados Unidos, bajo el cual han estado leyendo y grabando
nuestras llamadas, correos, y mensajes de Skype y Facebook, durante años. El
programa se conoce como PRISM”. Según el abogado y periodista Glenn Greenwald
(**), uno de los primeros contactos que Snowden tuvo en los medios de
comunicación, las escuchas masivas de la NSA van en la misma línea que el
programa clandestino Cointelpro utilizado por el FBI en los años 1950 y 1960
para infiltrar y vigilar movimientos políticos y personas concretas en Estados
Unidos. “El programa PRISM es siniestro: otorga al gobierno de Estados Unidos
acceso ilimitado a todos nuestros correos personales y a nuestras cuentas de
Google, Youtube, Facebook, Skype, Hotmail, Yahoo! y mucho más. Están
registrando millones de nuestros mensajes cada mes y la CIA puede utilizar esta
información (ahora o en el futuro) para procesarnos, castigarnos o
extorsionarnos, a nosotros o a nuestros familiares y amigos”.
Un
bebé que nazca hoy no tendrá vida privada
En la navidad de 2013, cuando
Edward Snowden llevaba seis meses refugiado en Rusia, dirigió un mensaje a los
habitantes de todo el planeta a través del canal público británico Channel 4. http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=eWLFwif-BrY
«Recientemente hemos sabido que nuestros gobiernos, trabajando de forma
concertada, han creado un sistema de vigilancia a escala mundial, para vigilar
todos nuestros movimientos. El escritor británico George Orwell nos advirtió en
su libro Gran Hermano de los peligros que acechan a nuestros datos personales.
Pero los medios de vigilancia descritos en esa obra, micrófonos, cámaras, de
televisión que espía, no son nada al lado de los medios disponibles hoy en día.
Llevamos ‘pulgas’ en los bolsillos que nos siguen allá donde vayamos. Pensad en
lo que eso significa para la vida de una persona normal. Un bebé que nazca hoy
crecerá sin la menor idea de lo que es ‘vida privada’ (…) no sabrá nunca lo que
significa tener un momento ‘suyo’, un pensamiento que sea registrado o
analizado (…) Y esto es un grave problema. Porque la vida privada es
fundamental. La vida privada es la condición esencial que nos permite
realizarnos y decidir lo que queremos ser en la vida. Los debates de hoy
determinarán la confianza que podremos tener en la tecnología que utilizamos y
en los gobiernos que la controlan. Juntos podemos encontrar un compromiso mejor
que esta vigilancia generalizada y recordar a los gobiernos que, si realmente
quieren saber lo que pensamos, preguntárnoslo cuesta siempre menos que espiarnos…”
Una
biografía ordinaria… y extraordinaria
Cuando en 2006 Edward J. Snowden se
unió a “los virtuosos de la informática que trabajan para las agencias de
inteligencia estadounidenses, no se había dado ningún caso de ‘empleados
disidentes’. Pero a medida que su trabajo para la CIA y después para la NSA les
iba generando dudas, algunos de ellos abandonaron sus puestos y otros se
convirtieron en ‘informantes” de diferentes medios de comunicación. Este fue el
caso de Snowden.
Hablando con sus amigos y siguiendo
sus huellas por Internet –escribían en junio de 2013 John M. Broder & Scott
Shane en el New York Times- se descubre a un joven talentoso que no terminó el
instituto pero que presumía en la red de que eran varias las empresas que
querían contratarle. “Los grandes espíritus no necesitan la universidad para
conseguir credibilidad: obtienen lo que quieren y entran discretamente en la
Historia”, escribía a la edad de 20 años”.
Ahora, a los 32, ha estudiado
mandarín, se ha interesado por las artes marciales, se ha declarado budista y
ha dicho que antes de tener que buscar refugio fuera de las fronteras de
Estados Unidos, pensaba que “China podía ser una excelente opción en términos
de carrera profesional”. Tímido y crecido en la contracultura de los geeks
(personas fascinadas por la tecnología y la informática), Snowden -a quien el
Congreso estadounidense considera un traidor- encontró inspiración en la
peripecia del soldado Chelsea (antes Bradley) Manning, condenado por haber
pasado a Wikileaks papeles secretos del Pentágono, y en las actuaciones de
otros “disidentes” de las agencias en las que trabajó: en la NSA, Thomas A.
Drake, juzgado en 2010 por divulgar documentos confidenciales; y en la CIA John
Kiriakou, condenado a treinta años de cárcel por la fuga de información
sensible, entre otras la práctica del waterboarding (simulación de ahogo)
durante los interrogatorios practicados por los miembros de la agencia.
“Su breve autobiografía publicada
en The Guardian –escribían cuando se destapó la identidad del “topo” en el
digital Arrêt sur Images- es la, desesperadamente ordinaria y extraordinaria,
de un joven americano idealista que comete el error de creer las historias que
le contaban; que se enrola en el ejército para contribuir a liberar el pueblo
iraquí de la dictadura de Saddam Hussein y poco a poco descubre la trastienda
de la inteligencia estadounidense. Destinado en Ginebra ve, por ejemplo, como
la CIA compromete a un banquero suizo forzándole a conducir en estado de
embriaguez para tenerle ‘pillado’ y sacarle información bancaria. Snowden “cree
que Obama va a terminar con esas prácticas tan sucias. Pero Obama no hace nada.
Y entonces da el gran salto entregando montones de documentos al Washington
Post donde, después de consultar con algunos funcionarios, deciden publicar
solo una pequeña parte”.
Es entonces cuando entrega los
archivos al diario británico The Guardian, en la convicción de que hasta él no
llegará la alargada sombra del gobierno de Estados Unidos. Sabe lo que se
juega, sabe que le esperan la extradición y una condena de por vida, o el
exilio para siempre. No busca ni dinero ni gloria. Hace lo que cree que tiene
que hacer porque no está de acuerdo con que se espíe a los ciudadanos.
Un
friki de la informática
La fascinación de Edward Snowden
por los ordenadores se remonta a sus años en el instituto de Baltimore
(Maryland). Cuando dejó los estudios, en el segundo curso superior, la
informática se convirtió en su actividad principal junto a un pequeño grupo de
amigos, fascinados como él por Internet y el mundo de la animación japonesa. Todavía
vivía con su madre, empleada administrativa en un tribunal y divorciada de su
padre, oficial de la Guardia Costera. Con sus colegas montaba ordenadores con
piezas compradas por Internet.
A los 17 años, en 2001, Edward
Snowden entró a formar parte de los habituales del foro Ars Technica de juegos
de vídeo, hackers y otras especialidades informáticas, donde utilizaba como
nombre The One True Hooha. A finales de 2003 anunció que se había enrolado para
«participar en la lucha para liberar a las poblaciones oprimidas» en Irak. Pero
al parecer se rompió las piernas en un entrenamiento y le licenciaron cuatro
meses más tarde. De regreso a casa, encontró trabajo como agente de seguridad
en el centro de Altos Estudios Lingüísticos de la Universidad de Maryland. A
mediados de 2006 logró un puesto de técnico informático en la CIA donde, a
pesar de sus lagunas académicas, consiguió entrar en el departamento de
“secretos de defensa” y ser destinado a un codiciado puesto en Ginebra,
dependiente del Departamento de Estado. En 2009 fue destinado a la NSA, en
calidad de agente contratado para una base militar en Japón.
En 2010, y tras una larga ausencia,
aparece de nuevo en el foro Ars Technica; en esta ocasión han cambiado sus
preocupaciones y ahora son claramente políticas: “La sociedad parece haber
desarrollado una docilidad incondicional hacia los espías, escribía. ¿Se ha
llegado a esto poco a poco, mediante un proceso que se habría podido dirigir?
¿O este cambio radical ha sido tan instantáneo que ha pasado inadvertido a
causa de la tendencia generalizada del Estado a los secretos?”. En 2012, Snowden
donaba 250 dólares para la campaña del candidato libertario Ron Paul. Un mes
después se trasladaba a Hawai, de lo que dejaba constancia en twitter su novia,
Lindsay Mills, quien en sus mensajes le menciona como “E” y su “hombre
misterioso”.
En marzo de 2013, el gabinete de
consulting Booz Allen Hamilton contrata a Snowden como administrador de sistema
para el Centro de análisis operativo de amenazas de la NSA. En mayo pide una
baja para seguir un tratamiento contra la epilepsia. Y el 20 de ese mes vuela a
Hong Kong con cuatro ordenadores y las copias digitales de los documentos secretos.
El lunes 10 de junio, Booz Allen Hamilton despide a Snowden calificando de
«chocante» su decisión de revelar información confidencial. El 23 de junio
vuela de Hong Kong a Moscú en un avión de la compañía rusa Aeroflot. El día 25
Vladimir Putin confirmó que Snowden se encontraba en la zona de tránsito del
aeropuerto moscovita de Sheremetyevo.
El 2 de julio, Wikileaks dio a
conocer la lista de países a los que Snowden había pedido asilo político:
Austria, Bolivia, Brasil, China, Cuba, Finlandia, Francia, Alemania, India, Italia,
Holanda, Nicaragua, Noruega, Polonia, federación de Rusia, España, Suiza y
Venezuela. El 16 de julio de 2013, Snowden pidió asilo temporal en Rusia. Ese
país afirmó que no le entregaría a la justicia estadounidense «entre otras
razones, por la ausencia de un acuerdo en materia de extradición y por el
riesgo de que sea condenado a muerte». El asilo temporal en Rusia deja que la
persona que lo obtiene se quede en el país durante un año, y si es necesario
hasta doce meses más. En septiembre de 2014, ese permiso se ha ampliado a tres
años más.
Mientras iban llegando las excusas
de la mayoría de los gobiernos a los que los abogados de Snowden se habían
dirigido en solicitud de asilo político, el 18 de julio de 2013 en Helsinki,
Finlandia, muy cerca del aeropuerto en que el joven analista informático se
encontraba “atrapado” en la zona de tránsito, la estadounidense Patti Smith le
cantaba su solidaridad y le ofrecía “asilo”: “Si nadie te quiere, yo me hago
cargo de ti. Que la verdad nieve (juego de palabras entre snow y snowden) sobre
nosotros”. Luego entonaba We want to know (Queremos saber), un título que muy
podría el slogan de toda nuestra época.
En junio de 2014, en el primer
aniversario de las escuchas reveladas por Edward Snowden, Amnistía
Internacional pedía protección para quienes denuncian irregularidades: “Es
necesario conceder con urgencia protección internacional a las personas que
denuncian irregularidades e introducir profundas reformas para proteger el
derecho a la intimidad. La persecución que sufre Edward Snowden por su vital
contribución a nuestro conocimiento de los abusos de poder de los gobiernos, es
despreciable. Las revelaciones de Edward Snowden conmocionaron al mundo y
demostraron, fuera de toda duda, que los gobiernos han violado sistemáticamente
el derecho de sus ciudadanos a la intimidad.
“Nos preocupa profundamente el
trato que ha recibido Edward Snowden, y también somos plenamente conscientes de
que hay miles de denunciantes de irregularidades que también sufren persecución
por el mero hecho de sacar a la luz información que es de interés público. Es
imprescindible que todos los Estados hagan cuanto esté en su poder para que
cualquier persona pueda denunciar abusos contra los derechos humanos en
condiciones de seguridad.”
Las leyes relativas a la denuncia
de irregularidades varían de un país a otro, pero el sistema de Estados Unidos
es especialmente implacable. Después de las filtraciones, el gobierno
estadounidense presentó cargos contra Edward Snowden en virtud de la Ley de
Espionaje, negándole de ese modo la posibilidad de una defensa de la denuncia
de irregularidades en interés público. En caso de ser enjuiciado en Estados
Unidos y declarado culpable, podría ser condenado a un máximo de 10 años por
cada cargo.
Además de la amenaza de prisión en
caso de regresar, Edward Snowden se enfrenta también a extraordinarios
problemas para conseguir asilo en otros países. Durante el último año, el
gobierno de Estados Unidos ha presionado a gobiernos de todo el mundo para que
impidan que Edward Snowden entre en sus respectivos países o incluso que cruce
su espacio aéreo. En consecuencia, Edward Snowden vive en situación de asilo
temporal en Rusia sin ninguna seguridad a largo plazo.
(*)-El Right Livelihood Award
–también conocido como “Premio Nóbel Alternativo”- fue fundado en 1980 para
“honrar y apoyar a aquellos que ofrecen respuestas prácticas y ejemplares a los
desafíos más urgentes que enfrentamos hoy”. Ante la negativa de la Fundación
Nobel a crear un premio para el medio Ambiente y el Desarrollo sostenible,
Jakob von Uexküll, un filatelista profesional de origen sueco-alemán, ex
parlamentario europeo por el grupo de los Verdes, vendió su colección de
estampillas para obtener los primeros recursos para financiar este premio.
Desde entonces, el galardón ha contado con el apoyo de donantes individuales.
Este año, hubo 120 candidaturas procedentes de 53 países. A partir de hoy, son
158 las personas u organizaciones de 65 países galardonadas con el Right
Livelihood Award.
(**) Glenn Greenwald (marzo 1967)
es periodista político, abogado, bloguero y escritor estadounidense. Licenciado
en derecho por la Universidad George Washington y doctorado por la New York
University School of Law, trabajó como abogado defensor de derechos
constitucionales y civiles antes de convertirse en cronista en la página Salon.com,
donde escribió sobre temas jurídicos y políticos. Igualmente, colaboró con
periódico y revistas como The New York Times, Los Angeles Times, The American
Conservative, The National Interest e In These Times. Es miembro de la Freedom
of the Press Foundation, una ONG creada en diciembre de 2012 por Daniel
Ellsberg (ver la llamada 5), que apoya y financia acciones de interés público
relativas a la libertad de expresión y la libertad de prensa, y que recogió
fondos para transcribir íntegramente el proceso de Bradley Manning (ahora
Chelsea Manning, llamada 4), porque el ejército estadounidense se negó a
hacerla pública. Entre 2012 y 2013 fue colaborador del periódico británico The
Guardian, donde empezó a publicar las revelaciones de Edwars Snowden, sobre el
que está escribiendo un libro que se publicará en marzo de 2014 y cuyos
derechos se disputan ya los grandes estudios de Hollywood para adaptarlo al
cine. En octubre de 2013, el fundador de eBay, el ciudadano
irano-estadounidense nacido en Francia Pierre Omidyar, anunció que destinaba
250 millones de dólares a la creación de la empresa First Look Media, que
fundará un nuevo medio de comunicación, que van a dirigir Greenwald, Laura
Poitras y Jeremy Scahill (9). Vive en Brasil desde 2004.
Ver:
http://www.cronicapopular.es/2014/01/glenn-greenwald-el-objetivo-de-la-nsa-es-eliminar-la-vida-privada-a-escala-mundial/
No hay comentarios:
Publicar un comentario