Destino
Marrakech (Exit Marrakech), la película que inauguró sin convencer del todo el
Festival del Cine Alemán de Madrid en la primavera de 2014 tras pasar por los
festivales de Munich y Toronto, es el último trabajo de la realizadora alemana
Caroline Link (Oscar a la mejor película extranjera por En un Lugar de Africa)
en el que retoma su tema preferido, el de las complicadas y problemáticas
relaciones paterno-filiales, interpretado por Ulrich Tukur (La vida de los
otros), Samuel Schneider (Lost Luck), hafsia Herzi La fuente de las mujeres) y
Marie.Lou Sellem (Soñadores).
En
este caso se trata de un director teatral, divorciado y emparejado de nuevo,
que está montando una función en Marrakech. Su hijo adolescente acude a pasar
parte de sus vacaciones con él. Tras una disputa en la que le reprocha que
nunca haya asumido sus responsabilidades, el chico desaparece por las calles de
la Medina donde conoce a una joven prostituta bereber, a la que sigue hasta su
aldea natal en el Atlas, más allá del desierto; idílico paréntesis en el
desarrollo de una trama que parece tener como objetivo demostrar la
incomunicación que existe entre un padre lejano y absorto en su trabajo y un
hijo que está empezando a disfrutar una vida independiente.
Melodrama
exótico de choque de culturas (de la posibilidad de coexistir y de la
imposibilidad de mezclarse) y también de iniciación, en la que el personaje del
joven aparece bastante desdibujado; no conseguimos saber cuáles son sus
motivaciones reales, si es que existen, o si todo lo hace únicamente por llevar
la contraria a su padre; que, por otra parte, muchas veces es un motivo de
auténtico peso.
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