« Es una película sobre un tipo que se pone seis azucarillos en el té (…) Es un ‘Britfilm’ amablemente idiota y sentimental … »
“El gran Maurice” ("The phantom of the Open"), película dirigida por Craig Roberts (“Belleza eterna”) y protagonizada por Mark Rylance (Oscar 2016 por su papel en “El puente de los espías”, “Dunkerke”, “El juicio de los 7 de Chicago”), junto a Sally Hawkins (“La forma del agua”), Rhys Ifans (“Notting Hill”) y Ian Porter (“Salvarc al soldado Ryan”), está basada en la novela homónima del periodista Scott Murray, autor del guión junto al escritor Scott Murray.
La película cuenta la extraña y verdadera
historia de Maurice Flitcroft, un padre de familia y operador de grúa en un
pequeño pueblo inglés, que ve peligrar su puesto de trabajo debido a la
inestabilidad económica del país. Tras ver un partido de golf televisado,
Maurice se enamora del juego y decide participar en el torneo más importante
del mundo, el Open Británico de 1976. Un plan maestro que tiene un único
problema: Maurice no ha jugado al golf en su vida pero está persuadido de que “un
campeonato abierto debería estar abierto a todo el mundo”.
En esta película, representante más que meritoria
de la típica comedia británica, con su
correspondiente dosis de humor, el protagonista, Maurice, es un poco ridículo;
pero esa característica no afecta en absoluto a la historia, que es más bien un
homenaje a esos personajes también típicamente
ingleses que vienen a recordarnos que a veces se puede
hacer de la incompetencia virtud. Y “El
gran Maurice” es algo así pero con el golf impregnándolo todo.
Entrenándose en las peores condiciones durante un
año, Maurice Flitcroft compitió y logró el par más alto en el prestigioso y
elitista British Open de 1976, en el que
lleno de optimismo participó, charló con Severiano Ballesteros y esperó ingenuamente ganar y romper con la
fatalidad de la precaria economía de su hogar de obrero –marido amante de una
Sally Hawkins en esposa devota que sigue con ingenuidad las peripecias del
golfista, a la que ha prometido diamantes, caviar y champagne, y padre de dos gemelos adolescentes (Jonah y Christian Lees) que esperan
triunfar bailando música disco- en una ciudad industrial del norte de
Inglaterra. Una aspiración absurda que lleva al límite rellenando el boletín de
inscripción, presentándose como profesional cuando ni siquiera conoce los
nombres de los hierros, mientras se repite un mantra: “La práctica es el camino
de la perfección”.
Tras jugar el peor torneo en 116 años, desenmascarado y ridiculizado por los guardianes de la ortodoxia
del deporte pero sin desanimarse, Filtcroft siguió jugando en otros torneos a
pesar de tenerlo prohibido, e incluso repitió en el Open, utilizando nombres
falsos y presentándose con curiosos disfraces. La consagración le llegó de
Estados Unidos donde persiguió la gloria y se ganó las simpatías de esa parte de la sociedad
donde se refugian quienes, a pesar de los esfuerzos, nunca consiguen subir un tramo en la escala
social.
Emocionante, enternecedora y divertida comedia
social, el retrato del perdedor que fue Flitcroft nos llega puntuado con toques de humor
y fantasía, que recuerdan los filmes de otros realizadores británicos excéntricos,
como Tim Burton, y que bebe de fuentes con tradición y pedigree, como los surrealistas Monthy Python .
(1) “El gran Maurice” se e3strena en Madrid el
viernes 18 de noviembre de 2022.
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