A los 18 años
-21 en algunos países- una persona puede votar, beber alcohol, ir a la cárcel si
delinque y pedir un crédito; en resumen, se le considera mayor de edad y
adulta. Sin embargo, según las investigaciones de un equipo de neurólogos de la
Universidad de Cambridge que ha difundido la BBC, la edad adulta no llega en el
mismo momento para todos, pero parece ser que lo normal es que a los 18 años el
cerebro se encuentre todavía en pleno desarrollo y muy lejos de la madurez. «Dar
un definición precisa del paso entre la infancia y la edad adulta parece cada
vez más absurdo –explica el profesor Peter Jones, coautor del estudio- Se trata
de una transición muy matizada que se efectúa en cerca de tres décadas” .
Según los resultados de esta
investigación, el cerebro de la mayoría de los mortales no alcanza la madurez
hasta más o menos los treinta años. Antes de ese momento, el córtex atraviesa
varias etapas de mutación que pueden modificar el comportamiento y la
personalidad, e incluso dar origen a problemas mentales.
Estos resultados, dicen los autores de
la información, coinciden con el sentimiento creciente entre las jóvenes
generaciones de que la edad adulta es inalcanzable. El conocido como “síndrome
del impostor” está muy extendido entre los jóvenes de entre 25 y 33 años que consideran
imposible dar el paso a la edad adulta ante problemas insolubles como encontrar
un trabajo, poder abandonar el hogar paterno y fundar una familia, lo que
aumenta las depresiones.
Para Peter
Jones, las categorías niño/adulto son obsoletas : « No existen por un
lado la infancia y por otro la edad adulta. Las personas siguen una
trayectoria. A nadie le gusta pensar que es un gusano que de pronto se
transforma en mariposa ».
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