jueves, 7 de marzo de 2019

“Las herederas”, premiada en Berlín la película que escandalizó en Paraguay


Ganadora del Oso de Plata (a la mejor actriz, Ana Bru), el Premio Alfred-Bauer y el Premio Fipresci en el Festival de Berlín de 2018, el drama paraguayo “Las herederas”, dirigida por el debutante Marcelo Martinessi e interpretado por el dúo Ana Bru  y Margarita Irún es la historia de “una desposesión”, de la pérdida de un género de vida, lo que en lenguaje coloquial  sería el relato de la vida de unas personas “venidas a menos”.
En una atmósfera sombría y retro, una mujer madura que recuerda a las heroínas de las novelas de Stefan Zweig adaptadas al cine (« Carta de una desconocida » de Max Ophuls, 1948,  « Veinticuatro horas de la vida de una mujer » de Laurent Biuhnik, 2003), se siente maltratada por la vida pero el azar le ayuda a reaccionar afirmándose como un ser autónomo e independiente.

Chela (Ana Brun) y Chiquita (Margarita Irún), descendientes de familias adineradas de la capital paraguaya, llevan juntas más de treinta años. En los últimos tiempos su situación económica ha empeorado y se ven obligadas a vender las cosas de valor heredadas. En un momento dado, las deudas llevan a Chiquita a la cárcel, acusada de fraude. Sola, Chela, hasta entonces una mujer bastante pasiva,   tiene que hacerse cargo de su vida, visitar a su compañera en la cárcel e intentar ganar dinero haciendo de chofer para sus amigas, grandes burguesas de colar de perlas completamente kitsch, que se reúnen para merendar, jugar a las cartas y comentar los últimos rumores sobre la vida privada de “los otros”. Decidirse a coger el volante y ganarse la vida significa para Chela emprender el camino de la independencia. En uno de sus servicios de “taxi” conoce a la hija, mucho más joven, de una de sus clientas, que despirta en ella sentimientos  que creía desaparecidos.

Película de emociones, melancólica y audaz, sobre una burguesa entrada en años, en plena reconversión, que descubre el único valor que no conocía: la libertad. Película “de mujeres”, muy adecuada para estrenarse un 8 de marzo, ubicada en un Paraguay minado por la pobreza y las desigualdades sociales, además de por más de treinta años de dictadura, y en un ambiente de clase privilegiada que tolera una relación lésbica en medio del conservadurismo más atroz.
“Las herederas” tuvo una acogida desigual cuando se estrenó en Paraguay. Antes del estreno y en una sesión en el Senado organizada en principio para homenajear a los galardonados con los premios en Berlín, el realizador y las dos protagonistas tuvieron que escuchar de labios de la senadora Zulma Gómez, del opositor Partido Liberal:  “Atentan contra la familia estas lesbianas partidas. Ana Brun, ganadora del Oso de Plata, tomó el micrófono, agradeció el homenaje y condenó a los políticos que “en nada contribuyen a la transparencia” y a “los valores culturales y democráticos”.  En una entrevista en El país, el realizador Martinessi declaró: “Ojalá que (la senadora) vea la película y pague su entrada como cualquier otra persona porque lo que dijo la retrata a ella más que a nosotros”.
Según el periódico español, Paraguay se considera el país más católico de América Latina, según el “Latinobarómetro” (Latinobarómetro Corp. organización chilena sin  ánimo de lucro). La alta jerarquía de la iglesia católica tiene gran importancia en la política paraguaya. Esos representantes eclesiales promueven en sus comunicado públicos el voto a partidos que se opongan a “las ideologías de género, el matrimonio gay y  el aborto”.  Quince días antes del estreno de “Las Herederas”, organizaciones paraguayas religiosas como Asucop (Asociacion de consumidores y usuarios de Paraguay) pedían por mensajes y redes sociales el boicot a la película “por promover el lesbianismo y la infidelidad entre parejas del mismo sexo”.





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