lunes, 26 de noviembre de 2018

“Genezis” de Arpád Bogdán, esa extrema derecha que crece en Europa


 “Genezis”, un drama inapelable en forma de tríptico que nos muestra los efectos devastadores del racismo en Hungría, donde no solo hay un presidente xenófobo y ultraderechista sino que está creciendo una extrema derecha absolutamente bárbara que, como nos en enseña esta película, ha empezado matando gitanos…y ya veremos hasta donde llega. « Genezis », dirigida por Arpád Bogdán (“Happy New Life”)  obtuvo el premio a la mejor película en la pasada edición de Cinemajove de Valencia.

 Tres vidas se entrelazan en un país en ruinas sociales. Ricsi, un niño que vive la persecución étnica; Virak, una adolescente mbarazada que intenta averiguar cuál es su lugar en el mundo y Hanna, una abogada que no ha superado el fallecimiento de su hija. Las tres basadas en historias reales cuyo nexo es la familia.

Drama político con el trasfondo de esa Hungría que, a juzgar por la información que nos llega en los medios occidentales, se ha convertido en un reducto ferozmente nacionalista y opuesto por principio a cualquier iniciativa efectuada en el marco de la Unión Europea. La visión que el realizador Bogdán nos traslada de su país es aun más sombría que la que imaginamos, que ya es bastante negativa ante la evidencia de  que en los últimos años, a partir de la caída del imperio soviético,  Hungría, el pueblo húngaro, está sometido a un régimen de abrogación de derechos. Y, por ende, de desaparición de certezas.

Película de denuncia con tres protagonistas marginales –un niño perteneciente a una minoría étnica históricamente vilipendiada (en Hungría y en otras latitudes), una adolescente abusada por su padre en la infancia y enamorada del dueño de una perrera ideológicamente situado en el extremo más extremo, y una madre cuya hija ha muerto (y ya sabemos que ninguna madre sale indemne de ese trago)-, cuyas vidas convergen en algún momento –la casa de Ricsi ha sido atacada por extremistas con perros entre los que se encuentra el amante de Virak; la abogada se ocupa de sus “casos”- lo que la convierte en una suerte de panfleto muy subjetivo, lo que en absoluto significa que no tenga razón en sus acusaciones aunque no estoy segura de que haya elegido la mejor forma para hablarnos de odio y de miedo.

El final tiene esas gotas de esperanza necesarias para que podamos imaginar un futuro distinto del presente.





No hay comentarios:

Publicar un comentario