Un librero de Hong Kong, en cuyo
establecimiento se venden obras críticas con el régimen chino, desapareció el
30 de diciembre de 2015, prácticamente un mes después de que, a mediados de
noviembre, también desaparecieran otros cuatro vendedores de la misma librería.
Según los familiares y amigos de los desaparecidos se trata de represalias de
las autoridades de Pekín, ha informado este fin de semana la prensa
internacional. Hasta el momento no se han tenido noticias de ninguno de los
cinco.
Lee Bo, de 65 años, responsable de
las ediciones de la librería, no regresó a su casa el día 30 por la noche. Uno
de sus colegas ha declarado que le vio marcharse con un desconocido. Su esposa,
quien piensa que le tendieron una trampa, recibió una llamada de teléfono hacia
las 22 horas procedente de un número registrado en Shenzhen, al otro lado de la
frontera; según parece, el marido le dijo que no regresaría en un tiempo y que
se encontraba trabajando en una investigación. Como la mujer encontró en casa
la “homecoming card” de Lee (un documento imprescindible para viajar a China
continental), la conclusión lógica es que no había salido de Hong Kong por los
canales normales.
En noviembre, el propio Lee Bo
concedió una entrevista a la BBC en la que manifestó que sus colegas habían
sido detenidos por las autoridades chinas a causa de su actividad editorial.
Según una información de la periodista Oiwamn Lam publicada en el digital
Global Voices, entre los cuatro desaparecidos entonces se encuentra el sueco de
origen chino Gui Minhai, quien desapareció en su casa de vacaciones en
Tailandia donde se encontraba trabajando en la edición de un libro sobre las
infidelidades del presidente chino Xi Jinping.
La librería Causeway Bay edita y
vende obras políticas, críticas con el régimen comunista de Pekín; es muy
popular entre los turistas que llegan del continente y compran en ella libros
prohibidos allí. Desde que se produjo la retrocesión de Hong Kong, la ciudad ha
conservado el respeto por los derechos fundamentales de sus ciudadanos y en
ella se han refugiado muchos disidentes chinos. Pero el gobierno de Pekín
anunció en 2015 que en cualquier momento volvería a “recuperar” Hong Kong.
Estas declaraciones se produjeron tras la condena en mayo de 2014, a diez años de
cárcel por contrabando en un juicio que fue un auténtico montaje, del editor
hongkonés Yao Wentian, que se disponía a publicar un volumen de un autor
disidente, centrado el presidente Xi Jingping.
Según el acuerdo conocido como Un
País, Dos Sistemas, Hong Kong tiene independencia jurídica y las autoridades
chinas no pueden actuar en el territorio de la isla sin una autorización
previa; lo que hace suponer que su “desaparición” sea obra de los servicios
secretos del gobierno.
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