La
guerra sucia contra los narcos
Efectivamente, como dice un
compañero, lo del narcotráfico es un tema “muy manido”. En el caso de Sicario,
una buena realización del canadiense Denis Villeneuve (Incendies, 2010, una de
las mejores películas de lo que va de siglo; Enemy, Prisoners) -película que
antes de estrenarse ha hecho el recorrido tradicional de los festivales de Cannes
y San Sebastián 2015- la novedad consiste en que se trata del tema de siempre
aunque visto desde el otro lado de la frontera: esta vez la acción transcurre
cerca de El Paso (lo que no impide que los policías, y el antiguo fiscal
interpretado magistralmente por Benicio del Toro, él mismo un especialista del
género, se salten la ley y con la connivencia de los guardias fronterizos
atraviesen la línea que separa Estados Unidos de México en sus persecuciones).
Junto a del Toro (Traffic, Escobar:paraíso perdido), una discreta Emily Blunt
(Al filo del mañana, Looper) y Josh Brolin (American Ganster, Wall Street, el
dinero nunca duerme).
Es más que sabido que la zona
fronteriza entre los dos estados americanos es un territorio sin ley, o mejor,
una zona sin derecho. Kate (Emily Blunt), una joven idealista del FBI se enrola
voluntaria en un grupo de élite, encabezado por un agente del gobierno para
perseguir el tráfico de drogas, y dirigido por un enigmático asesor llegado de
Colombia, que resulta ser un antiguo fiscal mexicano, del que se vengaron los
narcos decapitando a su mujer y arrojando a su hija a una cuba de ácido. En su
caso, hablar de venganza resulta obvio en la misión del equipo que pretende
acabar con el cabecilla del cartel de Juarez. Sicario nos confirma lo que ya
era un secreto a voces: contra el narcotráfico, Estados Unidos y México están
aliados en una guerra que también tienen momentos muy sucios –avalados por las
más altas instancias de ambos países- en los que se borra no solo la fronteras
física sino también los delgados límites que existen entre lo legal y lo
clandestino, entre la ética y los medios válidos para conseguir el fin
propuesto. En medio de esta guerra en la que se acepta y ser admite todo, la
joven Kate va evolucionando desde su inicial postura idealista hacia un
inevitable realismo.
En "Sicario" hay
violencia explícita, un ambiente sofocante, persecuciones, operaciones
especiales con equipos de visión nocturna…. Sicario es ante todo un thriller
sobre el fondo de la guerra de los cárteles por el control del narcotráfico en
la frontera, y en el que la protagonista femenina es la única que inspira una
cierta confianza al espectador. Pero es también una honda reflexión sobre los
oscuros “abismos del alma”, simplificando “la condición humana”, y sobre la
génesis de la violencia. Dos horas de tensión ininterrumpida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario