El 20 de noviembre de 2015, justo
un mes antes de que se estrene El despertar de la fuerza, séptima entrega de la
saga Star Wars, llega a las pantallas españolas el documental I’m Your Father,
una historia de verdad y justicia en torno a la figura y la historia de David
Prowse, el culturista y actor inglés que en los tres primeros episodios -los
dirigidos por George Lucas- se encontraba detrás de la máscara de Darth Vader,
el mayor villano de la historia del cine, al que nunca vimos el rostro (ni
tampoco escuchamos la voz, doblada por el actor estadounidense James Earl Jones
porque a Lucas “no le gustaba el acento sureño británico de Prowse”): cuando,
en el momento álgido de La guerra de las Galaxias, en el Episodio VI: El
retorno del Jedi, Luke Skywalker le quitaba la máscara a Vader, quien moría
después de confesarle que era su padre, la cara que vimos los espectadores fue
la de otro actor, Sebastian Shaw, porque Lucas quería que fuera “un hombre
mayor de lo que entonces aparentaba David Prowse”.
Dos cineastas españoles, Toni
Bestard y Marcos Cabotá, y un proyecto de crowdfunding -en el que han
participado dos productoras y varios donantes- lanzado a través de la
plataforma Verkami, han hecho posible esta película que, efectivamente, cumple
con alguno de los requisitos exigibles a cualquier documental que pretenda
describir una realidad: rendir homenaje y hacer justicia, devolver al césar lo
que es del césar y desenmascarar a los “villanos” de la vida real: el
documental finaliza repitiendo el rodaje de aquella secuencia que se le
prohibió rodar a Prowse en su momento, en la que se cometió una enorme
injusticia con él sin siquiera advertirle: el actor descubrió lo que había
pasado en la proyección de “su” película, lo que impidió que su rostro se
hiciera tan reconocible y famoso como los de sus compañeros de reparto,
Harrison Ford, Carrie Fisher o Mark Hamill.
Han pasado más de treinta años de
aquello. El personaje de Darth Vader sigue siendo el mejor villano
cinematográfico y David Prowse, el hombre que siempre estuvo detrás de la
máscara negra, es un perfecto desconocido de más de 80 años que vive en el
londinense barrio de Croydon y, aunque camina apoyándose en muletas, conserva
la imponente estampa de más de dos metros de altura del actor que primero fue
una figura del culturismo internacional (llegó incluso a presentarse a un
concurso de Mister Universo), después un actor en distintas producciones ´de
“monstruos” de los celebérrimos Estudios Hammer y en La naranja mecánica (único
filme en que se pudo ver su auténtico rostro), el preparador físico de
Christopher Reeve para el Superman de Stanley Donnen y en los años 1960/70,
antes del inicio de la saga de Star Wars, encarnó al popularísimo Green Cross,
personaje vestido de superhéroe protagonista de una campaña de seguridad vial,
dirigida a los más pequeños, que la televisión pública británica estuvo
emitiendo durante cerca de diez años (y que en 2003 el gobierno de Su Graciosa
Majestad premió condecorando al actor con la Orden del Imperio).
Entre los objetivos de los
realizadores ha estado también el descubrir alguna pista acerca de los motivos
que en su día llevaron a los creadores de La guerra de las Galaxias a condenar
al ostracismo a uno de sus principales actores, apartándole de los eventos
oficiales e impidiéndole participar en las convenciones que cada tres años
reúnen a los fans de la saga de todo el mundo. “Aparentemente -leo en un
artículo de Fotogramas- el motivo principal se encuentra en unas supuestas
declaraciones al periódico londinense Daily Mail, durante el rodaje de El
retorno del Jedi”, en las que anticipaba la el final de la historia;
declaraciones que el actor ha desmentido siempre y que, en este documental,
desmiente también el periodista Goodman, autor en su día del artículo en
cuestión (existen sin embargo, y el actor las reconoce como propias, otras
declaraciones de Prowse, efectuadas inmediatamente después del estreno del
primer episodio y cuando nadie pensaba siquiera en hacer un segundo, en las que
decía que le habría gustado que Vader fuera el padre de Luke Skywalker, algo
que sucedería finalmente y cuya idea George Lucas siempre se ha atribuido).
Otra hipótesis del desencuentro
entre el actor y Lucasfilms es la breve intervención de Prowse en la película
The People vs. George Lucas, en la que los fans de la saga acusan al cineasta
de haberla desvirtuado con las últimas producciones de “precuelas”.
Dave Prowse ha asistido en Madrid
al pase de prensa del documental I’m Your Father. La generación que creció con
la saga –con sus disfraces, juguetes y videojuegos- ha aplaudido con entusiasmo
su imponente presencia en un intento -quiero creer que le ha llegado- de
hacerle sentir el reconocimiento que siempre le han negado los creadores de
Star Wars. La película finaliza con una leyenda en la que los realizadores
explican que George Lucas ha declinado dejarse entrevistar. A mí me habría
gustado tener sentados en las butacas de al lado a los personajes de The Big
Bang Theory.
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