“Creía que era culpa, era solo valor (…) He escrito amor y lo
he borrado. He escrito Tu”
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En base a la ley fascista sobre el “lavado de cerebro”, un tribunal
romano condenó, oficialmente por “plagio psicológico” pero en realidad por homosexualidad,
a finales de la década de 1960, al dramaturgo y poeta Aldo Braibanti a nueve
años de cárcel –que en la apelación se redujeron a seis- por “someter la voluntad” de uno de sus
alumnos. La película “El caso Braibanti”
–que lleva el subtítulo de “El señor de las hormigas”, ya que su protagonista
estaba especialmente interesado en estudiar los aspectos más sociales de esos insectos-
es un emocionante drama judicial centrado en el proceso del intelectual y en la figura del
periodista del diario comunista L’Unità, que se comprometió en la reconstrucción
de la verdad, enfrentándose al poder y a la poderosa censura existente.
Como consecuencia del amor entre Braibanti y un
estudiante que acaba de alcanzar la mayoría de edad, por voluntad de su familia
y para “curar” su homosexualidad, el
chico fue internado en una clínica psiquiátrica y sometido a continuas y devastadoras
sesiones de electroshock, que explican descarnadamente el papel que
desempeñaron algunas instituciones en la Italia post-fascista que se estrenaba
como República y todavía se recuperaba de las consecuencias de la Segunda
Guerra mundial. El largometraje, protagonizado por Luigi Lo Cascio (“Los cien
pasos”, “Nuestros mejores años”) en el
papel de Braibanti y Elio Germano (“Leopardi: el joven fabuloso”, “Mi hermano
es hijo único”), como el periodista, junto al joven debutante Leonardo Maltese, invita a la reflexión al denunciar algunas
formas de pensamiento antediluviano que parecían superadas pero lamentablemente están renaciendo en varios
países, incluido el nuestro, de una
Europa que no consigue desembarazarse completamente de muchos prejuicios heredados.
Un pasado de discriminación y odio que, a pesar de los innegables avances
conseguido en materia de protección a las minorías LGTBI+, nos espera a la
vuelta de muchas esquinas y lo leemos frecuentemente en las páginas de sucesos.
Historia de
discriminación y valor, “El caso Braibanti” (1) recorre los aspectos humanos de
un proceso que no fue solo judicial; también político y una referencia cuando,
trece años más tarde, quedó abolido el delito de “plagio”.
Gianni Amelio tenía
23 años cuando en 1968 asistió a una de las audiencias del proceso contra Aldo
Braibanti, acusado de “plagio” porque el código penal italiano no contemplaba
el delito de homosexualidad. Para él “Quizá
esta película sea la cosa más bella que he hecho (…) en realidad es una gran
historia de amor entre un hombre y un chico (…)”. En un fotograma aparece la ex
senadora y ex comisaria europea Emma Bonino como “un homenaje al Partido Radical que desde
siempre se ha manifestado en defensa de los Braibanti”.
(1) “El caso
Braibanti” se estrena en Madrid el próximo viernes, 14 de julio de 2023.
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