Los periodistas haitianos Wilguens Louissaint y Amady John Wesleey, han muerto asesinados este jueves, 6 de enero de 2022, en un tiroteo entre miembros de bandas rivales en la zona Laboule 12, uno de los barrios desfavorecidos de la periferia de la capital, Puerto Príncipe.
Los periodistas habían acudido al barrio para efectuar un reportaje sobre el “clima de inseguridad de la zona”. Un tercer periodista que les acompañaba, Wilmann Vil, pudo huir según ha comunicado Radio Ecoute FM, la emisora digital de Montreal (Canadá) para la que trabajaba uno de los fallecidos.
“Condenamos con el máximo
rigor este acto criminal y bárbaro”, ha dicho el director general de la emisora,
Francky Attis, al tiempo que manifestaba su condena por este tipo de atentados “que
impiden a los periodistas ejercer su profesión libremente en el país” y, en un
comunicado, pedía las autoridades
haitianas que “asuman sus responsabilidades para crear condiciones de seguridad
favorables para todas y todos”.
El asesinato de estos
dos periodistas es un ejemplo más del caos que, en materia de seguridad, existe
en Haití, cuando se cumplen seis meses del asesinato del presidente Jovenel
Moïse, un suceso que ha agravado la crisis política endémica que padece este
país, uno de los más pobres del Caribe, donde en 2021 se produjeron al menos
950 secuestros, según el Centro de Análisis y de Investigación de Derechos
Humanos, organización que tiene su sede en la capital.
Por falta de medios y
equipos, la policía haitiana lleva desde el pasado mes de marzo sin organizar
operaciones contra los grupos criminales que, en cambio, disponen de auténticos
arsenales de armas de guerra. El 12 de marzo murieron cuatro policías –cuyos cuerpos
no han aparecido nunca- en una intervención en un barrio famoso por ser el
lugar donde una de las bandas retiene a las personas secuestradas.
Desde hace meses el
país se encuentra bajo el control de las bandas, cuya influencia ahora va más
allá de los barrios pobres de Puerto Príncipe. La zona donde han perdido la
vida los periodistas es el territorio de intensos combates entre las bandas
armadas que pretenden controlarla. El camino que atraviesa Laboule 12 es la
única vía alternativa para ir a la zona sur del país, ya que desde el pasado
mes de junio la carretera nacional se encuentra controlada por una de las
bandas más poderosas del país.
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