Bob Dylan por Xulio Formoso
Ya casi ha dejado de ser noticia, Igual que
anteriormente lo hicieron Bruce Springsteen, Neil Young o los herederos de
David Bowie, a los ochenta años Bob Dylan ha vendido
los derechos de todo su catélogo de música grabada a Sony, uno de los gigantes estadounidenses
de la industria musical. La llegada del streaming
ha convertido los derechos de autor en una fuente de beneficios y no son pocos los músicos e intérpretes que
han optado por hacer caja vendiendo sus derechos, de una vez y para siempre.
El acuerdo entre el
cantautor número uno mundial y Premio Nobel de Literatura 2016 Bob Dylan y la discográfica se firmó en
el pasado mes de julio de 2021, aunque no se ha hecho público hasta ahora, y
abarca cerca de sesenta años de composiciones y música folk y country, 39
álbumes desde el primero, que llevaba su nombre como título, editado en 1962 y
que no tuvo ningún éxito comercial, hasta “Rough and Rowdy Ways” en 2020.
Además de sus grandes
éxitos planetarios, como « Like a Rolling Stone », « Tangled
Up in Blue » o « Just Like a Woman», en el contrato van incluidos « los
derechos de futuras nuevas grabaciones » del artista, según el comunicado
de Sony Music Entertainment (SME). No se
ha dado a conocer el importe total de la operación pero las revistas
estadounidenses especializadas en la industria musical consideran que ha sido
superior a doscientos millones de dólares.
Bob Dylan ya había
vendido a finales de 2020 sus derechos de autor a otra firma multinacional,
Universal, por una cantidad evaluada entonces en 300 millones de dólares.
Mientras que los derechos de autor generan beneficios sobre la emisión de
canciones o piezas musicales por la radio o en streaming, las ventas de discos y la utilización de las
composiciones en publicidad o en películas, los derechos de grabaciones pueden
convertirse en reediciones.
El comunicado de Sony
añade que la compañía y el cantautor van a seguir colaborando en una serie “de
reediciones del catálogo del artista”, como la serie de los “Bootleg”, álbumes
de versiones inéditas y de grabaciones efectuadas durante actuaciones en
directo, que, según la información de la revista Rolling Stone, empezaron a
editarse en 1991 y van por el volumen número 16.
De momento, la venta
de los derechos de grabación de Bob Dylan es el último capítulo de una larga
serie de venta de derechos de autor o de edición de catálogos de artistas -vivos
y también muertos- que se han convertido en adquisiciones muy valoradas desde
que se ha impuesto el streaming. La
compañía Warner ha comprado por 250 millones de dólares los derechos de autor
de David Bowie; Bruce Springsteen vendió en diciembre pasado a Sony los
derechos de autor y de grabación de todo su repertorio, por una cantidad
estimada en 550 millones de dólares. Antes, otros artistas como Tina Turner,
Neil Young o los Red Hot Chili Peppers, habían hecho lo mismo. Tras unos años
difíciles en los primeros 2000, la industria de la música se ha recuperado con
el streaming, principal generador de
beneficios actualmente para quienes poseen los catálogos de los artistas
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