miércoles, 15 de julio de 2020

“Un tiempo precioso”, cuando desaparecen los recuerdos


Se refiere al tiempo de una vida esta ópera prima de Miguel Molina –hace años conocido como el actor Miki Molina, perteneciente a una saga de artistas que comienza en su padre, el cantante de coplas Antonio Molina, sigue con sus hermanas Ángela, Paula y Mónica, y de momento finaliza en su sobrina Olivia- que nos habla de la memoria y los recuerdos, desdibujados en un caso de Alzheimer.

 (Insisto en la avalancha de películas sobre ancianos y enfermos de distinta índole, del cuerpo y también del espíritu, que se nos está viniendo encima en esta semi-salida del estado de alarma y que empieza a adquirir matices apocalípticos)

Cierro el paréntesis y vuelvo al debut en la realización de Miguel Molina, quien ya tiene 56 años y es también productor y coautor del guión de “Un tiempo precioso”, además de uno de los personajes de la historia junto Sandra Blakstad (la actual pareja sentimental de Molina), Carlos Pulido (serie “La que se avecina”) y Saturnino García (“El viaje a ninguna parte”, “El día de la bestia), y que ha incluido la voz de su padre en la banda sonora .

A Miguel (Miguel Molina),  un actor en baja, le diagnostican Alzheimer y un tumor cerebral, lo que parece indicar que no le queda demasiado tiempo de vida. Entre su hijo Carlos (Carlos Pulido), recuperado tras muchos años de falta de entendimiento,  y su cuñada Sandra (Sandra Blakstad), la última mujer de su vida, intentan que ese “tiempo precioso” que le queda sea lo mejor posible y lo pase en la isla de Ibiza, donde están los recuerdos de su infancia, algunos de sus amigos, y ese último amor. El cuarto personaje es el amigo invisible Agapito (Saturnino García), compañero que solo ve Miguel en situaciones, que van del drama a la comedia, provocadas por la terrible enfermedad.
Mezcla de realidad y fantasía, “Un tiempo precioso” es para su autor un canto a la vida,  “una poesía, una pintura transformada en imágenes y voces” y para el espectador una historia que se salva por la estética de algunos momentos capaces de acercarnos al drama de una de las enfermedades más crueles que, indolora, se ceba en algo que pertenece a las más preciadas posesiones del ser humano, sus recuerdos.
Melodrama sentimental –“dentro de la dureza de la enfermedad es una película esperanzadora”- no muy logrado, narración intimista que alaba las ventajas de disponer de una familia en momentos de desamparo, “Un tiempo precioso” llega a los cines de la desescalada el 17 de julio de 2020.  


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