Universitario en Madrid y finalmente aparejador, el
hecho de que muy joven contrajera matrimonio con la violinista Yeya Millares y
fueran padres de ocho hijos, fue determinante para que durante muchos años
tuviera que alternar la profesión técnica con la pintura y, sobre todo, de que
permaneciera en la isla, donde residió hasta su muerte, cuando el grueso de los
grandes pintores canarios del siglo XX dio el salto a la capital, y de Madrid
al mercado internacional. Este detalle, que podría parecer insignificante, es
el responsable de que a Alberto Manrique le llegara el reconocimiento mucho más
tarde que a sus colegas.
Ahora, ha sido su nieta, Dácil Manrique de Lara, 44
años, quien da el salto a la realización después de trabajar en anuncios,
videoclips y producciones de videoarte, desempolvando la figura del abuelo en
el documental “El último arquero”, como un regalo con el objetivo de devolverle
la memoria que había perdido años atrás (los ictus no discriminan), objetivo
que no se ha cumplido ya que Alberto Manrique -“papabuelo” le llamaba la niña que llevaba su
apellido - falleció, a los 82 años, mientras se estaba produciendo el documental (
la película ha visto la luz tras un largo proceso, se filmó en distintas etapas
entre los años 2011-2018).
En un viaje de exploración al pasado, la realizadora consigue
armar entre diálogos, películas super 8 y diarios de sus dos abuelos, un relato
intimista hecho de recuerdos tan bellos como dolorosos para llegar a la
conclusión de que al hurgar en la memoria, a través de la pintura de su abuelo,
se han curado sus propios recuerdos nefastos: la memoria de la cineasta estaba
lastrada por un terrible episodio de la adolescencia. Ella dice que la pintura
le ha “sanado”.
El hecho de que el pintor falleciera durante el
rodaje, ha explicado la autora, le obligó a modificar la estructura inicial y "así participé yo más de lo
que tenía previsto, porque se terminó convirtiendo en un viaje mío
también".
Y esto es justamente lo que me menos me ha gustado de
la película: en mi opinión, la mezcla de las dos historias –de abuelo y nieta- distrae
el interés, indudable, por la vida y la obra del excelente pintor que fue
Alberto Manrique de Lara cuyos trabajos se alinean junto a los mejores artistas
canarios del siglo XX (Millares, Monzón, Cesar Manrique, Cristino de Vera, Oscar
Domínguez, Lola Massieu y un muy amplio etc).
El documental “El último arquero” llega a los cines
madrileños el viernes 24 de julio de 2020.
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