Creo que yo hubiera entendido mucho mejor la intención de la autora de
esta película si me la hubieran presentado como un documental que –es únicamente
mi opinión- es como quiero entenderlo. Seguramente habrá quien piense que es
una cuestión menor; a mí no me lo parece.
No sé qué fenómeno está influyendo en el hecho de que cada vez se
produzcan más películas con temáticas y protagonistas relacionados con la vejez
y sus consecuencias, y también con enfermedades y trasfondos religiosos. Esto
es algo que habrá que estudiar porque no tiene nada que ver con la pandemia del
Covid-19; es anterior, las películas las vemos ahora lo que significa que se
rodaron mucho antes.
“Las letras de Jordi” –dice la promoción de la película- retrata con conmovedora
sensibilidad la amistad que entablan la propia directora y Jordi, un hombre de
51 años afectado de parálisis cerebral. En sus conversaciones llenas de complicidad,
Jordi habla con Maider acerca de sus deseos, sus temores, su crisis de fe o su
necesidad de ir a Lourdes”. No sé si toda esta información puede resultar
atractiva, en caso afirmativo, la película se estrena el próximo viernes, 10 de
julio 2020, después de que fuera suspendido el estreno previsto para el pasado
13 de marzo, fecha en que se declaró el estado de alarma a causa de la
emergencia sanitaria del Covid-19.
“Jordi nació hace 51 años con
parálisis cerebral. Aunque no puede hablar, trata de comunicarse usando su
tabla. Así es como le cuenta a Maider, la directora de esta película, que a los
21 años sintió a Dios hablándole por primera vez. Sin embargo, hoy día, después
de mudarse de la casa de sus padres a una residencia, ya no siente a Dios. Una
vez al año, Jordi hace un viaje de peregrinaje al Santuario de Lourdes. Es allí
donde busca su conexión con Dios, a pesar de no saber si Dios volverá a él
algún día”.
Cierto que el
ser humano está –en cualquier circunstancia- ávido de comunicación. En este
sentido, “Las letras de Jordi” –que participó
en la sección Nuevos Directores del último Festival de San Sebastián- nos
presenta esa necesidad como primordial,
al tiempo que nos habla del nacimiento y desarrollo de una hermosa amistad.
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