Una filial de la
multinacional japonesa Kirin, productora de cerveza, hizo una donación , a
finales de 2017, al ejército y las autoridades Myanmar coincidiendo con la
campaña de limpieza étnica contra la minoría rohingya, denuncia Amnistía
Internacional France (AI).
La Kirin Holdings Company, Inc. ha confirmado que,
entre el 1 de septiembre y el 3 de octubre de 2017, su filial
Myanmar Brewery efectuó distintas donaciones por un valor total de
30.000 dólares estadounidenses a las autoridades de Myanmar. “Japón –dice AI en
su comunicado- Tiene la responsabilidad de vigilar que sus empresas no
contribuyan a violar los derechos humanos allí donde lleven a cabo sus
actividades. Debe, por tanto, investigar
inmediatamente sobre estos datos”.
Según la multinacional Kirin, las donaciones iban
destinadas a ayudar a las víctimas de la violencia. Sin embargo, según la
información recogida por AI, la primera de ellas llevaba remite de Myanmar
Brewery e iba dirigida al comandante en jefe de los ejército de Myanmar, el general
Ming Aung Hlaing.
Posteriormente, Kirin confirmó otra donación, de 6.000
dólares, dirigida al mismo general quien ha declarado que “el dinero recibido
irá en parte a los miembros de las fuerzas de seguridad y al personal de los
servicios del estado, desplazados al estado de Arakan, donde han arriesgado su
vida en la defensa nacional”. Precisamente la zona donde se ha estado
exterminando a la minoría musulmana de los rohingyas. Lo que obliga a recordar
que “ningún inversor internacional puede hacer donaciones al ejército de
Myanmar en el momento en que sus fuerzas armadas proceden a una limpieza étnica
de la población rohingya en el norte de Arakan. Reconocerlo equivale a dar la
razón a quienes afirman que Myanmar Brewery apoya la actuación del ejército
contra esa minoría”
« Disponemos –continúa el comunicado de AI- de
elementos y pruebas que nos permiten asegurar que ese dinero ha ido a parar al
ejército de Myanmar: la cervecera japonesa ha reconocido que su filial hizo
tres donaciones coincidiendo con las reciente violencia que sacudió el estado
de Arakan; un oficial del ejército fue
grabado en el momento de recibir una de las donaciones que, según él, iba
destinada a ls fuerzas de seguridad; y, finalmente, Kirin reconoce ignorar cual
ha sido el destino final de las cantidades donadas”,
Además, las donaciones se efectuaron justo en el
momento en que los medios de comunicación de todo el mundo dedicaban sus
primeras páginas y portadas a las informaciones sobre las atrocidades cometidas
por las fuerzas de seguridad de Myanmar con mujeres, hombres y niños rohingyas
que huían a Bangladesh en cantidades
estimadas por encima de las 690.000 personas, atrocidades que el 11 de
septiembre de 2017 el Alto Comisario de Naciones Unidas para los Derechos
Humanos calificó de “ejemplo clásico de limpieza étnica” , y los investigadores
de AI de “crímenes contra la humanidad”.
Las fuerzas de seguridad de Myanmar han utilizado
incluso minas terrestres, prohibidas por el derecho internacional, a lo largo de la frontera, lo que llevó al
gobierno de Bangladesh a denunciar a las
autoridades de Myanmar
Ateniéndonos a los términos de los principios que rigen la ONU relativos a las empresas y
los derechos humanos, « Kirin tiene obligación de respetarlos, y vigilar
para que sus actividades no den lugar ni contribuyan a que se produzcan
violaciones de dichos derechos. Las empresas deben identificar y evaluar su
impacto real sobre los derechos humanos en los lugares donde ejercen sus
actividades”.
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