Case
Histories (Jackson Brodie, detective privado) no es True detective, ni siquiera
Wallander. No es una serie muy original en sentido estricto, aunque sí
interesante.
En
la vieja Edimburgo de edificios austeros y calles donde acechan el crimen y el
misterio, Jackson Brodie, un ex policía de Scotland Yard que se ha visto
obligado a abandonar el cuerpo por denunciar un caso de violación no resuelto, se
ha convertido en detective privado y ha elegido vivir en esa ciudad para estar
cerca de su hija, Marlee. Es el tipo de detective que adoramos en la pantalla:
misántropo, taciturno, atormentando, aquejado de insomnio. Y en el fondo, una
buena persona. Cuando era niño, su hermana mayor apareció ahogada en un río,
probablemente asesinada; y su hermano se suicidó años más tarde. Entre los
casos que aparecen en la serie hay crímenes, desapariciones y asesinatos sin
resolver; también surgirán algunos de los fantasmas de su pasado.
Case
Histories, serie de dos temporadas y seis capítulos, producida por la BBC y
emitida en el Reino Unido a partir de junio de 2011, y en Estados Unidos en
octubre del mismo año, fue difundida en Francia en 2103 por el canal público
France 3. Ahora llega a España, donde se podrá ver online, previo pago, en la
distribuidora Filmin (www.filmin.es). Está
protagonizada por Jason Isaacs (ganador de un satellite Award por la primera
temporada, Lucius Malfoy en la saga de Harry Potter) que
ha conseguido dar vida al personaje creado por la escritora Kate Atkinson: un
detective simpático, además de atractivo, pese a que –como casi siempre en este
género- sus actuaciones rozan muchas veces la ilegalidad. Suele aparecer con un
perro “irresistible” que acompaña sus días de solterón: la hija está en Nueva
Zelanda y la ex tiene otro novio.
En
el episodio que he visto, el detective Jackson Brodie recibe el encargo de
investigar la misteriosa desaparición de Olivia Land; un suceso acaecido
treinta años atrás cuando la niña tenía 5 años. Al acudir al entierro de su
padre, recientemente fallecido, las hermanas mayores de la desaparecida
encuentran un polvoriento ratón azul, el juguete preferido de la pequeña. Por
otra parte, Theo Wyre, un padre inconsolable, encarga a Jackson que investigue
el asesinato de su hija Laura, brillante estudiante que acababa de conseguir
trabajo en un despacho de abogados. Para avanzar en sus pesquisas, el detective
recurre a la ayuda de una antigua colega, Louise Munroe, inspectora de policía.
Prácticamente habrá que esperar al último minuto de proyección para conocer el
desenlace de los casos.
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