¿Realidad o leyenda? Poco importa cuando los hechos han entrado a formar parte del imaginario de un pueblo que, seis siglos más tarde sigue pasándo de generación en generación, como es el caso de la reina argelina Zaphira – la última reina, un personaje histórico bastante controvertido y misterioso porque los propios historiadores ponen en duda su existencia- que mantuvo a raya a los piratas llegados por el mediterráneo. En el contexto de la Argel de 1516, en plena liberación de la tiranía de los españoles, se sitúa esta azarosa leyenda sobre el pirata Barbarroja, acusado de matar al rey Salim Youmi, esposo de Zaphira.
“La última rena” es la primera película como directora de la actriz Adila
Bendimerad, quien también la ha realizado junto a Damien
Ounouri (“Fida”, “Kindil El Bahr”), con un reparto que encabeza la propia
Adila junto a Dali Benssalah (“Sin tiempo para morir”, “Un hombre fiel”), Nadia
Tereszkiewicz (“Mi crimen”, “La isla roja”), Mohamed
Tahar Zaoui, Imen Noel y Yanis Aouine.
Argelia, 1516. El
pirata Aroudj Barbarroja libera el país de la tiranía de los españoles y toma
el poder del reino. Los rumores aseguran que asesinó al rey Salim Toumi, a
pesar de que eran aliados. Contra viento y marea, una mujer, la reina Zahira, le plantará cara. Entre verdad histórica y
leyenda tradicional, « La última reina » cuenta su lucha –incluidos combates
cuerpo a cuerpo con sus enemigos- así como los conflictos personales y políticos
que soportó por el bien de Argel.
En los comienzos
del siglo dieciséis, cuando el Norte de Africa estaba conformado por pequeños
reinos que aspiraba a conquistar el imperio español de los monarcas católicos,
los burgueses y mercaderes prósperos de Argel solicitaron la protección del príncipe
Salim Toumi, jefe de la poderosa tribu de los Thaaliba. “La última reina” (1)
se centra en aquellos acontecimientos, cuando el príncipe, convertido en
respetado Emir de Argel intentaba contener el avance de los españoles.
Tras el asesinato del Emir, mientras toda la
corte ha escapado o se encuentra escondida, Zaphira elige quedarse, no solo
para descubrir a los autores del crimen,sino sobre todo para proteger a su hijo
Yahia, que un día tendrá que suceder en el trono al padre difunto. Por su hijo,
la última reina está dispuesta a todo, especialmente a enfrentarse a su padre y
hermanos lo mismo que a Aroudi, el nuevo gobernante que no esconde que la
desea.
De dimensiones anticolonialistas
y de un feminismo ya obsoleto, la película “La última reina” sirve para acentuar la
invisibilidad de las mujeres a lo largo de la historia en las dos orillas del
Mediterráneo: “El personaje de esta reina, contestada o apoyada según los
historiadores, –dice el realizador Damien Ounouri- nos ha servido de vehículo
para hablar de Argel en el siglo dieciséis, una época histórica borrada por el período colonial
francés”.
“El
fasto, la conquista del poder y sus intrigas, el amor absoluto y las
pasiones devastadoras: “La última reina”
reúne todos los ingredientes para ser una sublime tragedia…argelina”
(francetvinfo.fr). Queda decir que los personajes, bastante acartonados, son
tan irreales como los muchos Aladinos que poblaron mis cuentos infantiles; que
las escenas, más que instantáneas son como estampas oníricas. Que todo parece
demasiado “arreglado” para ser cierto.
(1) « La última reina » estará en las
salas madrileñas a partir del viernes 11 de agosto de 2023.
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