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“El viaje de Harold” ("The Unlikely Pilgrimage Of Harold Fry"), de la directora inglesa Hettie Macdonald (serie de TV "Normal people", “Beautiful Thing”), magistralmente interpretada por el veterano actor británico Jim Broadbent (“Iris”, “Moulin Rouge”, “Harry Potter”), es la adaptación del best seller "El insólito peregrinaje de Harold Fry", el libro de Rachel Joyce que ha vendido más de 5 millones de ejemplares en todo el mundo y ha sido traducido a más de 36 idiomas (editado en nuestro país por Salamandra). La propia Rachel Joyce es autora del guión y completan el reparto penelope Wilton (“Downton Abbey”, “El exótico Hotel Marigold”, “la sociedad literaria y el pastel de patata”), Linda Bassett (“Oriente es Oriente”) y Earl Cave (“La verdadera historia de la banda de Kelly”). Jubilado, Harold Fry recibe una
carta de Queennie, una antigua compañera de trabajo, quien se encuentra
ingresada en cuidados paliativos en un hospital situado a 800 kilómetros.
Tras escuchar la fantasía de la empleada de una gasolinera, Harold emprende
el viaje a pie- con gran disgusto de su mujer y todas las dudas del mundo por
parte de los espectadores, dada la avanzada edad del protagonista y su más
que mediocre forma física- convencido de que mientras él siga caminando su
amiga no morirá: “No te vas a morir”, repite incansable en su recorrido por
ciudades pequeñas, pueblos y viviendas aisladas, al tiempo que encuentra
personajes más o menos curiosos, y más o menos solidarios, que le hacen recomendaciones, le ofrecen
techo y comida, le siguen en su peregrinación, e incluso una médica
-procedente de algún lugar situado en el tercer mundo que en Inglaterra se
tiene que contentar con limpiar baños- que lava y cura sus destrozados pies. Poco a poco, y de manera
intempestiva, van apareciendo retazos de su vida anterior, totalmente
convencional, aburrida y nada satisfactoria, hasta el punto de que lo que en
principio se presentó como un gesto altruista acaba revelándose como una
forma de supervivencia y un intento de hacerse perdonar un pasado de
indiferencia y abandono. “La fábula es hermosa pero la
película resulta exasperante” (Nicholas Schaller, L’Obs); compartió esta
opinión y añado que he salido decepcionada y solo se soportan las dos horas que dura por la interpretación del genial actor que
es Jim Broadbent. También tristísimo, este
melodrama sobre el perdón cargado de referencias al cáncer, a la depresión y
a las adiciones, y con un cierto tufillo religioso que hace que Harold
encuentre muchos buenos samaritanos en
su camino y acabe convirtiéndole en
una especie de mesías seguido por un puñado de discípulos. A la crítica inglesa, “El viaje
de Harold” (1) le ha parecido casi un calco de “The Last Bus” (El último
autobús), de Gilles MacKinnon, estrenada allí hace un año, con Timothy Spall
de protagonista. Las diferencias las han encontrado en la edad de los dos
viajeros –Spall,64; Broadbent, 73-, en que hacen el recorrido inversamente
–Spall de norte a sur, Broadbent de sur a norte- y en que el periplo del primero tiene como
objetivo cumplir la promesa de dispersar las cenizas de su difunta esposa. (1) “El viaje de Harold” se
estrena en los cines de Madrid el viernes 25 de agosto de 2023.
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