El diario francés Libération publica hoy una carta abierta, firmada por la periodista Veronika Dorman y dirigida al Ministrode Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, en la que más de trescientos excorresponsales de medios de comunicación internacionales en Moscú piden la libertad del periodista estadounidense Evan Gerhkovich, corresponsal del Wall Street Journal, quien lleva tres semanas internado en una cárcel moscovita, acusado de espionaje, entre otras cosas de recoger información sobre la industria de defensa rusa, y podría ser condenado próximamente a 20 años en una colonia penitenciaria.
Gerhkovich, de 31 años, lleva acreditado como
corresponsal en Rusia, desde 2018. El Kremlin asegura, sin facilitar la más
mínima prueba, que al periodista le
cogieron en “flagrante delito”, y ha clasificado el caso como “secreto” sin
anunciar la fecha en que tendrá lugar el juicio. La nota de Libéración añade
que, según varios observadores, Gerhkovich podría ser utilizado, en un futuro
cercano, para un intercambio de prisioneros entre los gobiernos de Washington y
Moscú, “según una vieja práctica del Kremlin”.
Esta situación es la que ha motivado que, en una carta
dirigida a Serguei Lavrov, Ministro de Asuntos Exteriores rusos, 332
periodistas, antiguos corresponsales de medios internacionales en Rusia -entre
los que figuran los españoles Manel
Alias Tort (TV3, Catalunya Radio) y María Sahuquillo (El País)-, reclamen la
libertad inmediata del compañero detenido y el sobreseimiento de los cargos que
se le imputan.
«Señor ministro Levrov,
«Todos nosotros hemos trabajado en
Rusia como corresponsales extranjeros, algunos durante meses, otros durante décadas.
Estamos sorprendidos y consternados por la detención de nuestro colega Evan
gerhkovich, y las acusaciones que se imputan.
«Evan Gershkovich tiene una larga
e impresionante carrera de periodista, y no dudamos de que la única intención
de su trabajo era informar a sus lectores de la realidad actual de Rusia. La búsqueda
de informaciones, incluso aunque contraríe a determinados intereses políticos,
no hace de Evan un criminal ni un espía, sino solo un periodista. El periodismo
no es un delito.
«La detención de Evan envía una
señal preocupante y peligrosa sobre el desprecio de Rusia por los medios
independientes, y demuestra la indiferencia ante la suerte de un joven
periodista talentoso y honesto.
«Pedimos a las autoridades rusas el
sobreseimiento de todos los cargos y la libertad inmediata de Evan Gershkovich.»
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