Parwana jugando con sus hermanos Captura de pantalla CNN
Desde el regreso al poder de los talibanes, Afganistán
se está hundiendo progresivamente en una grave crisis humanitaria. Hasta el
punto de que algunas familias están « casando a sus hijas », algunas
ni siquiera han cumplido 10 años, lo que en la práctica supone venderlas a
cambio de un puñado de dólares y, en el mejor de los casos, algún animal
doméstico.
Este es el caso de la familia de Parwana, una niña de
diez años que llevaba cuatro años viviendo con sus padres y sus siete hermanos
en un campo de desplazados de la provincia de Badghis, en el noroeste de
Afganistán. El padre, Abdul Malik, no tiene
trabajo desde hace tiempo; hasta la llegada de los talibanes recibía 2,60 euros
diarios en concepto de ayuda humanitaria, pero desde el 15 de agosto no le
llega la ayuda por lo que no ha encontrado otra solución que vender a sus hijas
para que el resto de la familia pueda seguir malviviendo.
En una escalofriante exclusiva, el canal
estadounidense CNN ha asistido a la transacción el pasado 24 de octubre de
2021, cuando un tipo con aspecto de anciano y larga barba blanca llamado Qorban
ha entregado 200.000 afganis (algo más de 2.000 dólares) y algunas ovejas a
cambio de Parwana, la niña que quería ser maestra pero que ya había dejado de
asistir a la escuela y ahora se ha convertido en la segunda esposa de Qorban.
Una niña que lloraba y se defendía cuando entre su madre y el viejo la llevaban hasta el coche que la
separado para siempre de su familia. Parwana es la segunda niña que ha vendido
Abdul Malik. Su hermana mayor, de 12 años, fue vendida hace unos meses.
« No tengo
trabajo, no tengo dinero, no tenemos nada para comer . No tengo otra opción
que vender a mi hija », explica frente a las cámaras de CNN. También la
pequeña no explica a su manera: « Mi padre tiene que venderme porque no
tenemos pan, ni arroz, ni harina. Me ha vendido a un hombre anciano ».
La compra se ha
efectuado en el interior de la tienda, ante las cámaras y sin problemas, porque lo que hace el padre de Parwana es repetir
« una práctica ancestral », que se había reducido en los últimos años
pero que con la crisis económica ha vuelto a estar de actualidad.
El padre de Parwana ha
dicho a la CNN que está “destrozado”, que había intentado no venderla buscando
trabajo en la capital, sin conseguirlo. También dijo que ha pedido prestado “mucho
dinero” y que su esposa mendiga comida entre los residentes del campo.
Por su parte, el
comprador Qorban ha explicado que “Parwana
era barata y su padre necesitaba dinero. Trabajará en mi casa. No la pegaré,
seré amable con ella, la trataré como a un miembro de la familia”.
Lo que está
ocurriendo con las niñas afganas que se han quedado en casa mientras sus
hermanos regresaban a la escuela, “es absolutamente catastrófico”, según
Heather Barr, directora de la división de derechos de la mujer de Human Rights
Watch: “No tenemos meses, ni semanas, para detener esta emergencia. Ya estamos
en la emergencia”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario