jueves, 6 de junio de 2013

Una ONG británica víctima de las sanciones económicas de Estados Unidos a Cuba



El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha embargado los fondos que la organización no gubernamental británica Cuba Solidarity Campaign (CSC) tenía destinados a la compra de cien ejemplares del libroThe Economic War against Cuba. A Historical and Legal Perspective on the U.S. Blockade” -publicado en abril de 2013 por  Monthly Review Press, editorial que tiene su sede en Nueva York, y traducido al francés con el título “Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba” (Editions Estrella, París 2011)- sobre las sanciones económicas a la isla,  del que es autor Salim Lamrani (1), según informa la agencia independiente Pressenza (International News Agency), sintetizando un artículo difundido por la brasileña Opera Mundi (2).

En abril de 2013, la organización Cuba Solidarity Campaign decidió comprar 100 ejemplares del libro para lo cual pidió a un banco inglés, el Co-operative, que pagar la factura mediante una transferencia bancaria a la cuenta que Monthly Review Press tiene en el Chase Bank. Sin embargo, la transferencia no se llevó a cabo. La Office of Foreign Assets Control (OFAC) (3), perteneciente al Departamento del Tesoro de Estados Unidos, decidió bloquear la cantidad destinada ser transferida al tiempo que pedía a la ONG que explicara detalladamente cuales eran sus relaciones con Cuba. Rob Miller, director de CSC, manifestaba públicamente su sorpresa: “Se utiliza una legislación extraterritorial sobre sanciones económicas para impedir en el reino unido la compra de un libro que expone la amplitud del bloqueo contra Cuba (…) Una vez más queda ilustrado con este ejemplo el carácter ridículo del bloqueo estadounidense que ahora intenta impedir que los lectores británicos puedan leer una obra publicada por una editorial norteamericana”.

No es la primera vez, explica el artículo de Pressenza, que Estados Unidos aplica de manera extraterritorial las sanciones contra Cuba. A título de ejemplo, cuando la empresa alemana Mercedes desea exportar sus coches a Estados Unidos tiene que demostrar al departamento del tesoro que no llevan ni un solo gramo de niquel cubano. Igualmente, si un pastelero francés quiere vender sus productos en el mercado estadounidense debe demostrar que no llevan ni un gramo de azúcar cubano. Las sanciones económicas contra Cuba no solo representan el principal freno al desarrollo del país sino que también son un obstáculo para las relaciones comerciales de la isla con el resto del mundo.

Respecto al libro en cuestión - The Economic War against Cuba. A Historical and Legal Perspective on the U.S. Blockade- traza una perspectiva histórica y jurídica de las sanciones económicas que estados Unidos viene aplicando a Cuba desde 1960 y evalúa su impacto en terrenos como el de la salud, que afectan gravemente a las categorías más vulnerables de la población cubana al impedirles acceder a medicamentos fabricados en territorio estadounidense.

La obra subraya el carácter anacrónico, cruel e ineficaz de un estado de sitio que data de la guerra fría y que afecta indiscriminadamente a todos los sectores de la sociedad, empezando por los más frágiles, y que es incapaz de alcanzar su objetivo: a saber, el derrocamiento del régimen cubano.

También recuerda que las sanciones contra Cuba cuentan con el rechazo de la mayoría de la comunidad internacional: por vigésimo primera vez consecutiva, 188 países votaron en 2012 contra el embargo económico, comercial y financiero. Además, según las últimas encuestas el 67% de la opinión pública estadounidense desea la normalización de relaciones con Cuba, entre otras cosas porque no entiende que pueda viajar a Vietnam o Corea del Norte, pero no a la isla caribeña.

Uno de los capítulos trata sobre el carácter extraterritorial de las sanciones económicas, que violan el derecho internacional, porque “una legislación nacional no puede aplicarse en un país tercero”. Por ejemplo, la ley francesa no puede aplicarse en España ni la ley argentina en Brasil. Sin embargo, la ley de sanciones económicas de Estados Unidos se aplica a todos los países del mundo, y de ello se encarga justamente la OFAC, oficina especial del Departamento del Tesoro.

(1) Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos por la Universidad París Sorbonne-Paris IV, profesor en la Universidad de la Reunión y periodista especializado en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
(3) http://www.treasury.gov/about/organizational-structure/offices/Pages/Office-of-Foreign-Assets-Control.aspx

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