lunes, 16 de septiembre de 2019

Sahar Khodayari muere en Irán por asistir a un partido de fútbol disfrazada de hombre

Sahar Khodayari, la "blue girl" del fútbol iraní

Sahar Khodayari, una iraní de 29 años aficionada al fútbol –deporte al que las mujeres tienen prohibido asistir- y tifosa del Esteghlal FC de Teherán, que fue detenida el 12 de marzo de 2019 por intentar entrar en el estadio Azadi disfrazada de hombre para asistir a un partido, se ha suicidado en la puerta del Palacio de Justicia por temor a ir a la cárcel.

Desde el derrocamiento de la monarquía del Sha y la Revolucion islamíca de 1979, las mujeres iraníes no pueden acudir a los encuentros de fútbol, aunque no existe ninguna ley que lo prohíba, con la excusa de que hay que protegerlas de la “atmósfera masculina” y de la “visión de hombres medio desnudos”.
En marzo pasado, tras ser detenida, Sahar Khodayar pasó cuatro días en la célebre cárcel de mujeres de Qarchak, de donde salió con fianza. El pasado 3 de septiembre, acudió al Palacio de Justicia de Teherán para recuperar el teléfono móvil, que le fue confiscado mientras estaba encarcelada, y allí se enteró –según el digital informativo Varzesh3- de que le habían condenado a seis meses de cárcel; una versión posteriormente desmentida  en la página del Ministerio de Justicia, Mizan Online3, donde se asegura que no  solo no existe ninguna sentencia sino que ni siquiera se ha celebrado ningún juicio.

Sea lo que fuera que le dijeran, el caso es que a la salida Sahar Kodayari se inmoló prendiéndose fuego en la entrada del edificio. Con quemaduras de tercer grado en gran parte del cuerpo y los pulmones muy dañados, fue trasladada al hospital Motahari donde finalmente falleció el 9 de septiembre.
Al anuncio de su muerte siguió una oleada de indignación. Su equipo, el Esteghlal, donde la conocían como la « chica de azul », por el color de la camiseta del club, guardó un minuto de silencio en su memoria. En las redes sociales, el hastag #BlueGirl ha dado la vuelta al mundo rindiéndole homenaje. “El fútbol es para todo el mundo. Descansa en paz Sahar Khodayari”, ha escrito en Twitter Jerôme Boateng, defensa internacional del Bayern de Munich. La leyenda del fútbol iraní, Ali Karimi, ha pedido a sus 4 millones y medio de seguidores en Instagram que boicoteen la asistencia a los estadios. Para Minky Worden, directora de Iniciativas Mundiales en la ONG Human Rights Watch, “era previsible que décadas de protestas contra la prohibición de mujeres en los estadios de Irán terminaran en catástrofe”.   

La Fifa, que en un comunicado ha “lamentado profundamente esta tragedia”, ha reiterado su petición a las ultraconservadoras y fundamentalistas autoridades iraníes de que “garanticen la libertad y la seguridad de las mujeres comprometidas en la lucha por conseguir el acceso a los estadios en Irán”. En este contexto, en el país se espera la llegada de una delegación del organismo internacional para “evaluar los preparativos que se están haciendo para permitir que asistan mujeres” a un encuentro de calificación para la Copa del Mundo 2022, entre las selecciones de Irán y Camboya, el próximo 10 de octubre. 

Desde finales de agosto, una petición en línea de la asociación Let Iranian Women In, que ha recogido más de 20.000 firmas, exige que la Fifa adopte sanciones económicas contra la Federación iraní. La vicepresidenta Massoumeh Ebtekar, encargada de las Mujeres y los Asuntos Familiares, en una serie de tuits asegura que el gobierno y el poder judicial están estudiando permitir la entrada de mujeres en los estadios.  

Sahar Khodayari no ha sido la primera mujer que se disfrazaba de hombre para presenciar un encuentro de fútbol en Irán. En mayo de 2018, y a pesar de la prohibición, cinco mujeres acudieron disfrazadas al estado Azadi de Teherán y presenciaron al encuentro entre el FC Persepolis Teherán y el Sepidrood Rashd FC. Después, publicaron sus fotos en las redes sociales y se creó el movimiento "Let Iranian women enter their stadiums".


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