domingo, 22 de septiembre de 2019

Hong Kong, episodio 16º de protesta prodemocracia

Manifestantes exhibiendo una pancarta contra los suicidios

En vísperas de las huelgas y los actos programados por ambas partes, el régimen comunista y los manifestantes pro-democracia,  para recordar dos fechas emblemáticas, - el 28 de septiembre, los cinco años del inicio de la revolución de los paraguas de 2014 para pedir el sufragio universal (reivindicación que continua vigente, y el 1 de octubre,  el 70 aniversario de la creación de la república Popular de China en 1949-, la policía y los manifestantes se han vuelto a enfrentar en las calles, el metro y el aeropuerto de Hong Kong, en este fin de semana, que hace el número 16 de las protestas. En esta ocasión las agencias internacionales destacan que se ha producida una rebaja en la intensidad  de los choques.

De nuevo la policía ha recurrido a los cañones de agua y los gases lacrimógenos contra los manifestantes que han levantado barreras y arrojado piedras en el pueblo de Tuen Mun, al noroeste de la capital, donde tambiñen se han producido numerosas detenciones. Por las redes ha circulado un vídeo que muestra a la policía arrojando gas pimienta, en el pueblo de Yuen Long, a un popular  hombre de 73 años, apodado “Tio Chan”, que les pedía que no siguieran reprimiendo a los manifestantes.

Este domingo, los mensajes de las redes sociales invitaban a los manifestantes a “poner a prueba” la capacidad de resistencia del aeropuerto de Hong Kong, el octavo del mundo, ocupando los edificios y los enlaces ferroviarios. En respuesta, las autoridades han reducido los enlaces –por tren y carretera- con el  aeropuerto,  han reforzado los controles policiales y han situado unidades antidisturbios ante la entrada principal del aeropuerto, que en 2018 recibió 74 millones de pasajeros (diez veces la población del territorio).

 Hong Kong se ha convertido en un ‘estado policial’ donde las fuerzas del orden, dirigidas por Pekín, tiene como única misión ahogar la protesta popular legítima », denunciaron el sábado poco antes de embarcar en un avión para Hong Kong tras ser recibidos en el Capitolio, en una entrevista con la Agencia France-Presse en Washington, los líderes del movimiento pro-democracia, el estudiante Joshua Wong, y la cantante y actriz censurada en China continental e icono del movimiento LGTBI Denise Ho, acompañados por Brian Leung, también estudiante y portavoz de la generación que “no tiene nada que perder”, y el único que actuó a cara descubierta en la toma del Parlamento el pasado 1 de junio, exiliado desde entonces en Washington, según pública el digital canadiense lapresse.ca. “De ciudad mundial moderna, Hong Kong se ha transformado en un estado policial en el que el gobierno se esconde tras las fuerzas de policía para negarse a ofrecer soluciones”.

La concentración pacífica en Tuen Mun, barrio cercano a China continental, de las primeras horas del sábado acabó degenerando y siguiendo el esquema clásico de todos los fines de semana. Un grupo de radicales arrancó y quemó las banderas chinas de una oficina del gobierno local. En un parque de la ciudad la policía detuvo a varios participantes en una manifestación. Por todas partes, los contestatarios levantaron barricadas y rompieron las barreras de seguridad. También arrojaron objetos a la vía férrea. La policía respondió con pelotas de goma y gases lacrimógenos. Por la noche, “algunos militantes continuaban jugando por las calles al ratón y el gato con la policía”, según lapresse.ca. 

El viernes 20, Amnistía Internacional (AI) acusó a la policía de Hong Kong de usar contra los manifestantes “tácticas insensatas e ilegales”, e incluso llegó a usar la palabra “tortura”. « Existen innumerables informaciones sobre actos de brutalidad », ha dicho Brian Leung en Washington. “Han corrompido a nuestra policía convirtiéndola en una herramienta personal que permite a Carrie Lam (gobernadora del territorio semi-autónomo) permanecer en el poder y abusar de él para torturar a la población”. Leung ha denunciado la « trampa » tendida por Carrie Lam, que propuso una plataforma de diálogo para poner fin a las  concentraciones. “Hace cinco años, cinco responsables estudiantiles iniciaron un diálogo con la señora Lam que desembocó en las denuncias contra cuatrocientos, dos de los cuales acabaron entre rejas ».

AI se ha sumado a la petición de los manifestantes de que se ponga en marcha una comisión de investigación independiente que estudie el comportamiento de la policía. En un encuentro con periodistas extranjeros, un responsable policial (que pidió respetar su anonimato) manifestó sus temores: “La violencia está alcanzando tal nivel que los agentes temen matar a alguien, o incluso morir”.

« Dadme la democracia o matadme ». Según el informativo digital francés  Mediapart esta frase,  que se encuentra con frecuencia escrita en las paredes de Hong Kong, ha empezado a ser interpretada al pie de la letra: ahora se ha sabido que el pasado 15 de junio, alguien que respondía al nombre de Marco L. se tiró del andamio de un inmueble del barrio de Admiralty, uno de los lugares más frecuentados del centro de la antigua colonia británica,  tras desplegar una banderola contra el proyecto de ley de extradición (retirada después según la propia Carrie Lam).  “Los suicidas de Hong Kong son erigidos en mártires de la causa democrática », titula su información Mediapart.

 




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