A los 83 años, y cuando llevaba
doce sin dirigir, el realizador francés Jean-Paul Rappeneau (“Cyrano de
Bergerac”, “Bon Voyage”), regresa con “Grandes familias”, una comedia de final
feliz y escogido reparto que encabeza Mathieu Amalric (“Gran Hotel Budapest”,
“Las Venus de las Pieles”, “007: Quantum of Solace”), acompañado por Marine
Vatch (la bellísima jovencita de “Joven y Bonita”, “Lo que el día debe a la
noche”, hasta ahora modelo de profesión) y Gilles Lellouche (“Pequeñas mentiras
sin importancia”, “Conexión Marsella”), y un puñado más de conocidos actores
franceses.
“Grandes familias” se centra en la
vida de Jerome Varenne (Mathieu Amalric), un financiero francés que vive en
Shanghái con su compañera sentimental y profesional Chen-Li (Gemma Chan). En un
breve viaje de negocios, en el que hace un alto en París camino de Londres, se
entera por su madre (Nicole García) y su hermano (Guillaume de Tonquedec), de
que la casa donde pasó su infancia, en el pueblo de Ambray, se va a vender para
construir en su lugar unos bloques de viviendas sociales, lo que contribuirá a
la reelección del alcalde. En una escapada al pueblo, que cambiará
completamente su vida, se reencontrará con Gregoire (Gilles Lelouche), un amigo
de la infancia, que vive con la joven Louise (Marine Vacth).
La verdad es que, como dice un
amigo, la película “se deja ver”, es agradable incluso, pero no llega a
funcionar del todo. Quizá le falta sobriedad en las interpretaciones y “el
conjunto da la impresión de una sit-com de lujo” (Pascal Merigeau, Nouvel Obs).
Sin embargo, estoy casi segura de que puede actuar el boca a boca porque aborda
varios de esos temas que gusta ver en el cine (ya saben, las otras vidas que no
pudimos vivir): las alegrías y tristezas de la familia, las amistades, la
infancia que vuelve, las raíces que se recuperan, una herencia y el cadáver que
guarda en el armario cualquier clan que se precie. Un clan en conflicto que
afecta a dos hermanos, una madre, un amigo, el alcalde, el notario, una joven
bella y malhumorada e incluso la amante secreta del patriarca difunto.
Película coral con intriga, que se
desarrolla como un juego de espejos y cajones, donde se reflejan y esconden
historias de amor, recuerdos de infancia, desacuerdos familiares y los
indispensables malentendidos. “El cineasta teje igualmente correspondencias con
el tema del doble (dos hermanos, dos amigos, dos compañeras del padre…), e
incluso con la endogamia” (Jacques Morice, Télérama). Y es que este tipo de
historias, que se resuelven a medida que se deshacen los nudos, dan mucho juego
narrativo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario