Unos
días para recordar (Bon rétablissement!), dirigida por Jean Becker (hijo
de Jacques Becker, uno de los grandes del cine francés, (Conversaciones con mi
jardinero, Mis tardes con Margueritte), es una entretenida e inocente
comedia veraniega basada en una novela de la escritora francesa Marie-Sabine
Roger e interpretada por los populares actores galos Gérard Lanvin (Cuenta
Atrás) y Jean-Pierre Darroussin (Las nieves del Kilimanjaro). Unos días
para recordar clausuró la última edición de la Seminci de Valladolid.
Inmovilizado
en un hospital con una pierna escayolada, tras sufrir una caída al rio Sena,
Pierre, un tipo en torno a los sesenta años, misántropo, refunfuñón y
acostumbrado al silencio de una vida en soledad, asiste impotente a las
continuas visitas de familiares, amigos, otros pacientes y médicos y enfermeros
del; toda una galería de personajes contemporáneos a la que añaden notas de
color una enfermera negra, un policía, una adolescente de los suburbios y un
joven que se prostituye para pagarse los estudios y que fue quien le sacó del
río.
Entre
todos, crean un ambiente variopinto y divertido en ocasiones, cargado de
humanismo de andar por casa; un ambiente que el herido aprecia poco, no ve el
momento de que todos dejen de preocuparse por él y le dejen solo. Sin embargo,
el contacto con personas tan diferentes acaba haciéndole cambiar algunos puntos
de vista y, contra todo pronóstico, “la estancia en el hospital acaba
pareciéndose a una especie de renacimiento…”.
El
guión no es gran cosa, incluso poco creíble el accidente inicial, pero el
trabajo de los actores consigue sacar adelante hora y media de entretenimiento
sin pretensiones y arrancarnos más de una sonrisa.
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