“Autenticidad, optimismo y un perro”
En
“Su mejor historia” ("Their
Finest"), un equipo de
rodaje intenta realizar una película para subir la moral de la población
durante el Blitz (los bombardeos de
Londres en la Segunda Guerra mundial, 1940.).
Necesitan que la historia tenga un toque femenino y para ello
incorporan una mujer al equipo de guionistas. Catrin Cole (Gemma Arterton, “Prince of Persia”, “Melanie.
The girl with all the gifts”), una joven secretaria, se convierte así en
una pieza fundamental para la película. “Necesitamos una historia para inspirar
a una nación” es, más o menos, el grito de guerra de los productores que van a
cumplir el encargo del Ministerio de la Guerra de transformar una épica
retirada militar en un triunfo que suba la moral de un pueblo. .
Profundamente británica, esta historia de cine dentro del
cine, con el metálico telón de fondo del teclear de una máquina de escribir,
producida por la BBC y dirigida por el danés Lone Scherfig («Italiano para principiantes”,
Una educación”), nos dice
que hizo falta una guerra para que alguien se atreviera a contratar a una mujer
como guionista en la naciente industria cinematográfica. La historia
es una atractiva adaptación de la novela de Lissa Evans titulada “Sus
últimas horas y media” (que, por cierto,
me parece un hermosísimo título que podría haberse aprovechado).
Completan el reparto un siempre brillante Bill Nighy (“Love
actually”, “Pride”) en la estrella de la película que se rueda, el joven Sam Clafli de “Los juegos del
hambre” y un maduro Jeremy Irons
(“Inseparables”; “Belleza robada”, “”La
correspondencia”). Los mejores momentos
de esta película encantadora son los que muestran el proceso de hacer cine con
pocos medios, los rudimentarios efectos especiales y esos colores
nostálgicos, “como antiguos”, de las habitaciones y la ropa de los
personajes.
El espectro de la guerra está siempre presente lo mismo que
la pérdida (de amigos, de conocidos, de cosas importantes) se convierte en algo
inevitable. La ciudad es un paisaje desolado y los personajes femeninos
recuerdan a las decididas y fuertes mujeres de la serie televisiva “Mad Men”. A medida que avanza la realización de la
película la comedia inicial se transforma en drama y aumenta la química entre
la historia que sucede en la pantalla y el espectador sentado en su butaca.
Y es que justamente vamos
al cine esperando que esto ocurra.
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