Encarcelado en Guantánamo
desde hace más de diez años, Ammar al-Baluchi, de 40 años, natural de Kuwait y
secuestrado en Pakistán en 2003, va a ser juzgado próximamente y pueden
condenarle a pena de muerte, denuncia Amnistía Internacional (AI) en un
comunicado con fecha 26 de junio de 2017. Durante su detención, Ammar
al-Baluchi ha sido torturado.
Tras su detención permaneció
internado en centros secretos de la CIA hasta septiembre de 2006, fecha en la
que fue trasladado al Campo 7 de la base naval de Estados Unidos en Guantánam
Bay.
A mediados de 2001, Ammar al-Baluchi viajó desde
Kuwaita a Pakistán, donde se encontraba
cuando tuvieron lugar los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados
Unidos. Detenido por las fuerzas de seguridad paquistaníes el 29 de abril de
2003, fue entregado a los servicios de inteligencia de Estados Unidos y
mantenido en detención secreta durante los siguientes tres años. Desde 2006,
fecha de su traslado a la base de Guantánamo, es uno de los seis prisioneros
que en este momento pueden ser condenados a muerte. Está acusado de haber
participado en la preparación en los ataques del 11 de septiembre de 2001
llevando sumas de dinero.
Drante sus 14 años de cautiverio, Ammar al-Baluchi ha
sido torturado y ha recibido un trato inhumano y degradante: encarcelado en
centros secretos de la CIA, simularon ahogarle, le aplicaron la técnica del
« walling » y le mantuvieron aislado.
Según sus abogados, Ammar al-Baluchi presenta síntomas
de stress post-traumático y lesiones extremadamente graves en el cerebro,
resultado de los malos tratos sufridos mientras estuvo en manos de la CIA. Siempre
según sus abogados, es incapaz de concentrarse o leer durante mucho tiempo y
tiene mareos y la función motriz reducida. El juzgado militar ha rechazado las
numerosas demandas de los abogados para que reciba el tratamiento médico que necesita,
por lo que su estado físico y mental se degrada día a día.
Los abogados piden ahora que se reconozcan las
torturas padecidas por Ammar al-Baluchi y que el gobierno estadounidense le
indemnice por ello, que se le permita
acceder a los cuidados médicos que precisa y que no le condenen a muerte.
Por su parte, Amnistía Internacional ha puesto en
marcha una campaña de recogida de firmas (ttps://www.amnesty.fr/peine-de-mort-et-torture/petitions/justice-pour-ammar-al-baluchi)
pidiendo la excarcelación de al-Baluchi y su traslado a un centro médico
adecuado.
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