“Exponiendo los sueños de las protagonistas –más que los problemas–, Reas no se presenta ni como una película realista ni una que intenta regodearse en las tragedias de las protagonistas. Curiosamente amable, hasta optimista, es un ‘documental musical’ que se apoya en los personajes, en las amistades que conforman –eso que suele llamarse sororidad– y también en la resiliencia y la paciencia para aceptar algunas malas noticias”. (Diego Lerer, Micropsia Cine).
“Reas”, segundo largometraje documental argentino de la directora de teatro Lola Arias (“Mi vida después, “Atlas des kommunismus”, “Campo minado”, “Teatro de la guerra”, Premio del Jurado Ecuménico en la Berlinale), es un interesante relato carcelario que ganó el Premio Sebastiane en el Festival de San Sebastián, donde compitió dentro de la Sección Horizontes Latinos; el Alexander de Oro a la mejor película de temática LGTBQ+ en el Festival Internacional de Salónica, el de Mejor largometraje documental en el festival de Uruguay (Atlanticdoc 2024) y diferentes galardones en el New Fest New York’s, el Festival de Luxemburgo y el Cinelatino. Rencontres de Toulouse.
Yoseli tiene un tatuaje de la Torre Eiffel en la
espalda y siempre ha querido viajar, pero fue arrestada en el aeropuerto por
tráfico de drogas. Nacho es un hombre trans
que fue detenido por estafa y fundó una banda de rock en la cárcel. Gentiles o
rudos, rubios o afeitados, cis o trans, reclusos de larga duración o
recién ingresados: en este musical híbrido, real y fantástico a la vez, todos
recrean sus vidas en una prisión de Buenos Aires. Personas que pasaron varios años en la cárcel de
Ezeiza reconstruyen sus historias de vida y también sus esperanzas.
“Cuando escribía la película y también durante los
ensayos, nuestro mayor peligro era el ‘realismo carcelario’. Nuestra película
no podía ser una de esas series que estigmatizan a la gente, que convierten la
cárcel en un espectáculo de violencia”. Las palabras de la dramaturga,
directora teatral y cineasta Lola Arias,
publicadas en Página/12 en
ocasión del estreno de su segundo largometraje en el último Festival de Berlín, disparan contra un
enemigo formal y ético diáfano: los relatos genéricos de dramas tumberos que se han convertido en un
género audiovisual contemporáneo.
Como en su anterior díptico fílmico-teatral, integrado
por la película Teatro de
guerra y la obra Campo
minado, ambas protagonizadas por veteranos de Malvinas de uno y otro bando, “Reas” y la pieza que la acompaña
sobre las tablas, “Los días
afuera”, son creaciones independientes aunque complementarias. El mismo
reparto de actores no profesionales (o no-actores) -Yoseli Arias, Ignacio
Amador Rodriguez, Estefy Harcastle, Carla Canteros, Noelia LaDiosa- sube al
escenario y habita la pantalla, En la base de todo está la fascinación de Arias
por el “teatro documental”, que parte de seres humanos de carne y hueso.
En “Reas” las chicas y algún chico ensayan bailes en
el patio de la prisión, cuentan recuerdos vitales del otro lado de los muros y
sueñan con viajes al extranjero, cuando el tiempo de la condena sea cosa del
pasado.
“Reas” comienza cuando Yoseli ingresa en la cárcel después de ser detenida
en al aeropuerto con varios kilos de drogas en la valija. Yoseli comenzará a
conocer a sus nuevos vecinos, como Nacho (Ignacio Amador Rodríguez), un hombre
trans con quien entabla rápidamente un vínculo cercano, y otras chicas que
integran una banda de rock. Rock carcelario, parafraseando la famosa canción de
Elvis. Allí también están las guardianas, mujeres rudas que, sin embargo,
pueden quebrarse internamente durante alguna confidencia. Lola Arias transforma
la cárcel abandonada de Caseros, donde “Reas” fue filmada en su
totalidad, en un auténtico set de filmación que es también escenario.
“A fin de cuentas, y más allá de las historias de dolor y violencia que
se intuyen o explicitan detrás de las criaturas (cada personaje tiene su
momento de revisión del pasado), “Reas” (1) es catarsis y
exorcismo, genuino arte terapéutico”.
El
origen de todo el proyecto se remonta a un taller teatral que Arias impartió
hace ya unos cuantos años en la cárcel de Ezeiza. Allí fue donde se dio cuenta
de lo importante que era la música para las presas y de lo interesante que
podría ser hacer un musical al respecto, una obra que mostrara cómo la música
se convierte, en un contexto como el de la cárcel, en una herramienta de
resiliencia.
(1) Se puede
encontrar “Reas” en la cartelera madrileña a partir de este vienes 7 de marzo
de 2025.
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