“Irati, segundo largometraje del alavés Paul Urkijo (“Errementari, el herrero y el diablo, 2017)” con cinco nominaciones en los recientes Premios Goya y habiendo conseguido los Premios del Público en la Semana del Cine Fantástico y de Terror de Donostia y en el Festival de Cine de Sitges, es una historia de realismo mágico inspirada en una leyenda navarra que, a su manera, da un giro a la “Canción de Roldán” de los manuales de Literatura de nuestros años escolares.
Con una producción realmente espectacular, "nunca antes se habían
visto con tanta majestuosidad los paisajes de Euskadi. El juego con la luz es
excelso, brilla el diseño del vestuario y los efectos visuales son apabullantes" (Borja
Crespo, El Correo), hablada en euskera antiguo y con una emocionante interpretación de un puñado de
actores vascos encabezada por Eneko Sagardoy (“Handia”) y Edurne Azkarate (“Gutuberrak”),
“Irati” (1) está ambientada en la oscura etapa histórica del medievo, a la que
se han añadido elementos mágicos de la mitología vasca. En palabras de su
director “me fascina la Mitología Vasca e Irati es un
homenaje épico a ese oscuro y fascinante mundo de leyenda. Para hacerla me he
inspirado libremente en personajes de la novela gráfica "El ciclo de
Irati" de J. L. Landa y J. Muñoz " y en otras leyendas vascas y
sucesos históricos como la batalla de Roncesvalles (…) Está repleta de símbolos
que han representado los sueños y los miedos de los seres humanos, y que se
mantienen vigentes (…) ” he retratado la mitología vasca siendo fiel a los cuentos que me contaban
de pequeño”
En el siglo VIII el cristianismo se
extiende por Europa mientras las creencias paganas desaparecen. Ante el avance
del ejército de Carlomagno al atravesar los Pirineos, el líder del valle pide
ayuda a una diosa ancestral. Mediante un pacto de sangre, derrota al enemigo
dando su vida a cambio, pero antes, hace prometer a su hijo Eneko que
protegerá y liderará a su pueblo en la nueva era. Años más tarde, Eneko,
adulto y ferviente católico, cumple la
promesa en una misión para recuperar el
cuerpo de su padre, enterrado de forma pagana junto al tesoro de Carlomagno.
Pese a su fe, tendrá que recurrir a la
ayuda de Irati, hija de la diosa Mari, una enigmática lamia (lamiak, especie de
bruja que habita en los ríos) con patas de ave. Los dos jóvenes se adentrarán
en un extraño e inhóspito bosque donde “todo lo que tiene nombre existe”.
Cine fantástico, telúrico, épico y de
aventuras con guerreros, cuevas, tesoros, brujas a veces buenas y otras menos, montañas
y un bosque maravilloso que hay que preservar para las generaciones futuras. Al
protagonista, Eneko Sagardoy, Premio Goya Revelacion en 2017 por “Handia”, le
encantaría “que la gente que no ve riesgo en el maltrato a la tierra (…) viendo
‘Irati’ de una oportunidad a la ciencia y al activismo” ecologista. “Nuestro entorno nos ha salvado y ha sido cobijo desde
hace muchos siglos. Tenemos que convivir y hacer como Eneko Aritza (su
personaje), que pese a tener una convicción muy cristiana escucha, convive,
aprende y asume, que creo que son unos verbos buenísimos que nos vendrían muy
bien hoy en día".
Cine también político y reivindicativo
de la cultura y la historia, con ideales que parecen haber impregnado no solo
al director, también a sus actores. Itziar Ituño, actriz que da vida al
personaje de la diosa Mari, la matriarca por excelencia, explica en
declaraciones a la agencia Efe que es “la
diosa vasca, el culto a la energía creadora, al útero materno que son las
cuevas donde se llevaban a cabo los rituales, es amalur, la pachamama, un
personaje que no sólo es una mujer, puede ser una tormenta, una niebla: es todo
lo creador y femenin0 (…) llega hasta nuestros días (...) Creemos en Mari, hay
que darle un giro al heteropatriarcado que nos consume, al planeta entero”.
En el corazón de Navarra,
existe un paraíso natural y salvaje llamado La selva de Irati. Una inmensa
geografía montañosa y vegetal por la que discurren ríos cristalinos y en los
que el color ocre, amarillo y rojizo de los cientos de hayas que descansan en
sus orillas dan una luz mágica. Las leyendas –que incluyen enseñanzas cuyo
objetivo es cuidar la naturaleza y proteger los bosques, auténticos pulmones
sociales- cuentan que allí habitan seres
mitológicos que han sobrevivido en el folclore y la tradición desde tiempos
inmemorables. Igual que en otras películas del género –como “La historia
interminable” o “Excalibur”- los mitos fantásticos de “Irati” aparecen “están
destinados a desaparecer, porque ya nadie piensa en ellos. La figura del bosque
aparece como una criatura con vida propia (…) sangra cuando talan sus árboles
para venderlos (…)”. En esta película dicen mucho las mujeres, resumidas en la
figura de la lamia, “criaturas de costumbres nocturnas que vivían cerca de los
ríos, cuevas y manantiales, protectoras del bosque que mediante silbidos,
avisan de las tormentas” (página web de TVE).
Actualmente, La selva de Irati
está considerado uno de los mayores hayedos de Europa, con una extensión de
17.000 hectáreas de bosque, gestionado por cuatro comunidades históricas, en la
zona norte las de Cize y Zuberoa, y en la zona más meridional las de los valles
de Aezkola y Sañazar. (…) una Selva Mágica llena de sitios magníficos…
(1) El estreno de “Irati” en los cines de Madrid tendrá
lugar el viernes 24 de febrero de 2023.
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