Imagen de la página web de "mimycri" |
Abandonadas por los
migrantes a su llegada a las playas griegas,
las lanchas neumáticas están encontrando una segunda vida en Berlín
donde algunos refugiados las transforman en bolsas y capazos que se venden por
Internet.
La empresa “mimycri”,
creada por dos jóvenes treintañeros, recupera las lanchas hinchables de las
playas de Chios y Lesbos, donde cientos de miles de refugiados llegaron en 2015
para intentar entrar en Europa. En el momento álgido de la “crisis” de los refugiados,
Grecia registró hasta 7.000 llegadas diarias. Aunque el número ha descendido
considerablemente tras el acuerdo firmado en 2016 entre la Unión Europea y
Turquía, todavía llegan una media de
cien diarios.
Algunas
ONG’s, como CESRT ( Chios Eastern Shor Response Team) , se
dedican a recuperar las balsas junto con otros detritus, como chalecos y
ropas : « recuperamos el 90% de los barcos que se han naufragado cerca
de las costas », explica Toula Kitromilidi, coordinadora griega de CESRT.
“El resto lo utiliza la gente de la localidad”. Por ejemplo, los agricultores
usan el plástico como lonas para sus invernaderos.
Cortados en tiras anchas
negras y grises, las piezas de plástico se envían a Berlín donde se limpian y
después se transforman en bolsas, capazos, fundas para ordenadores o estuches.
« Los clientes compran estas bolsas porque cuentan una historia, porque
son algo más que una cosa que se posee”, explica en FranceInfo la alemana Vera
Günther, una de las fundadoras de “mimycri”. “Cada pieza es única, a veces con
rayas o marcas que hablan de un destino trágico”.
“Yo quería –dice Vera
Günther- formar parte de esta nueva Alemania que acoge a las gentes que han
perdido sus bienes y a veces sus familias”. En el invierno 2015-2016 viajó a la
isla de Chios para ayudar a los migrantes que desembarcaban asustados. Con su
socia, Nora Azzaoui, pasó varios meses en la isla y regresó a Berlín con un montón
de plástico en su equipaje. Empezaron a transformarlo y, tras una operación de
crowdfunding en la que consiguieron reunir 43.000 euros, nació “mimycr”, una
empresa que hoy emplea a cinco personas, entre ellas un refugiado sirio y otro
paquistaní: “Queremos cambiar la idea que se tiene de los refugiados, Son
personas exactamente iguales que nosotros que quieren un trabajo y una casa.
Tenemos muchas más cosas en común con ellos de lo que creemos”.
El catálogo de “minycri”
comprende una decena de productos; el 35 de las ventas se entrega a las ONG’s
en Grecia.
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