Del 24 al 26 de agosto de 2019 se va a celebrar la cumbre
del G7 en la localidad vasco-francesa de Biarrtiz. La llegada de 24
delegaciones extranjeras, los dirigentes de las siete grandes potencias que
pertenecen al Grupo de partenariado económico –Alemania, Canadá, Estados
Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, entre todos poseen 2/3 de la
riqueza neta mundial- más sus delegaciones, las fuerzas del orden, la prensa y una
serie de invitados, va a suponer un importante despliegue de seguridad en una
ciudad de 25.000 habitantes que depende fundamentalmente del turismo, lo que
tiene muy preocupados a los comerciantes que hubieran preferido que no
coincidiera con el período vacacional y se sienten perjudicados porque su
ciudad va estar “bunkerizada” durante cuatro días(habrá dos perímetros de
seguridad: en uno que incluye el centro de la ciudad, la alcaldía, el centro de
congresos, los grandes hoteles y el casino, estará prohibido circular, en el otro se
necesitará disponer de un dispositivo para hacerlo).
Entre otras cosas, van a estar cerrados al público
todos los aparcamientos y el paseo de la gran playa; el aeropuerto de Biarritz
estará dedicado únicamente a las delegaciones oficiales, las estaciones de
ferrocarril de Biarritz, Bayonne, Guethary, Boucau y Deux-Jumeaux cerrarán sus
puertas, y el tráfico rodado se moverá en torno a la ciudad, con restricciones
para los grandes transportes, y controles en las calles. “Habrá que extremar la
seguridad en todo el País Vasco-Francés e incluso en toda Francia”, dijo el
ministro del Interior, Christophe Castaner, a principios de julio, lo que
supone un enorme despliegue de agentes de seguridad pública (más de 3.000, según
el sindicato de policía Alliance), unidades especiales, ejército y servicios de
seguridad extranjeros (solo de Estados Unidos se espera la llegada de un millar
de agentes).
Las previsiones de seguridad tienen también en cuanta
la posibilidad de que aparezcan grupos de “gilets jaunes” o de independentistas
vascos, así como la organización de una contra-Cumbre del G7 en Hendaya,
Urrugne e Irún, del 19 al 26 de agosto. Temiéndose lo peor, van a vaciar el
centro de retención de Hendaya, para transformarlo en comisaría para
detenciones provisionales, y en Bayona se han instalado unas casetas
prefabricadas para albergar a los detenidos en espera de pasar a disposición judicial. “El tribunal
dispone de algunos calabozos, pero si hay muchos detenidos serán insuficientes”,
ha dicho el Fiscal de la República al diario Libération.
Mientras los dirigentes de los países más ricos del
mundo se fotografiarán en Biarritz, se espera que miles de opositores,
procedentes de decenas de organizaciones altermundialistas se concentren en
Urrugne, a 25 kilómetros de allí, en un campamento de vacaciones –ironía del
destino- propiedad del gigante de la agroalimentación Nestlé, para debatir,
intercambiar puntos de vista y asistir a conferencias y talleres en Hendaye y
en el parque de exposiciones de Irún, al otro lado de la frontera, acudiendo a
la llamada de la Plataforma G7 Ez! (“no al G7” en euskera) y la Plataforma
Alternatives G7, de la que forman parte entre otros Attac France y el Comité Católico contra el
Hambre y por el Desarrollo (CCFD)-Terre Solidaire.
« Falta de legitimidad democrática”,
autoritarismo y represión”… Laurent Thieulle, de Attac Pays Basque, no cree que
estas cumbres internacionales estén legitimadas para tratar los grandes retos mundiales:
“El tema del G7 es la lucha contra las desigualdades. Para resolver los
problemas, se pide a la sociedad que confíe en quienes los han creado (…) ¿A
quién se le ha podido ocurrir organizar un G7 aquí, una tierra con tradición de
lucha militante? Se diría que se burlan de nosotros”.
Distintos grupos antifascistas y miembros del movimiento
de las Zad (zonas a defender) francesas han lanzado llamamientos en las redes
sociales para acudir a manifestarse en torno a la Cumbre de los poderosos.
“Cuando los primeros G7, los dirigentes pensaban que eran los amos del mundo.
Ahora nosotros apostamos sobre la capacidad de movilización de la sociedad
civil”, asegura a franceInfo Annick Coupé, de la plataforma nacional de
Attac. A pesar de que, en un primer
momento, la prefectura de los Pirineos-Atlánticos manifestó que no se iba a
autorizar ninguna manifestación, finalmente los participantes en la
Contra-Cumbre van a poder desfilar pacíficamente el día 24, en la zona
Bayonne-Anglet-Biarritz. En el plano mediático, están previstas operaciones de
“desobediencia civil” en torno a la zona restringida de Biarritz, donde se van
a ocupar siete plazas públicas en un perímetro que ya se ha bautizado como
“zona arco iris”.
Además, las asociaciones y los grupos que acudan
pueden montar sus propias acciones reivindicativas, como por ejemplo ya ha
anunciado la asociación Bizi! (“vivir” en euskera, movimiento altermundialista
no violento y ecologista que lucha por la justicia social) que organiza una
“marcha de retratos” de Emmanuel Macron “robados en los últimos meses en las
alcaldías, escuelas y administraciones francesas”. Jean-Noël Etcheverry,
“Txetx”, responsable de Bizi, ha dicho a franceinfo que quieren “aprovechar la
caja de resonancia del G7 y la presencia de 3.500 periodistas para desmontar la
imagen de un presidente que se dice preocupado por las cuestiones
medioambientales mientras que hace una política totalmente en contra”.
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