Para
su primer largometraje, Julien Rappeneau (hijo del legendario director francés
Jean-Paul Rappeneau, realizador de “Cyrano de Bergerac” en 1990 y guionista de
filmes emblemáticos como “Zazie dans le metro” o “El hombre de Río”), ha hecho
una adaptación de las tres novelas gráficas (“Une impression de déjà-vu”, “Haut
les mains, peau de lapin” y “Au hasard Balthazar!”) de la guionista e
ilustradora francesa Camille Jourdy., que componen la trilogía homónima
“Rosalie BLum”.
En
un escenario de provincia, Vincent Machot lleva una existencia sin sobresaltos,
y sin que le ocurra nada extraordinario nunca, que se reparte entre las horas
que pasa en su peluquería y el tiempo que dedica a su madre, anciana y ya un
poco desmemoriada, que vive arriba y exige continuamente su atención. Tiene una
novia, pero se ha ido a trabajar a París, y cada vez parece más evidente que
ella da la relación por terminada, aunque Vincent la espera cada fin de semana.
Un día, nuestro protagonista entra en el pequeño supermercado de Rosalie, una
mujer mayor que él, a la que tiene la impresión de haber visto antes.
Intrigado, se dedica a seguirla, y lo hace tan mal que Rosalie se da cuenta y
pide a su sobrina Aude, una joven desganada que querría ser artista pero solo
encuentra trabajos de mierda, que siga el hombre. Y al hacerlo, la jovencita
descubre que, entre otras cosas, ese chico triste construye cometas y las saca
a volar los domingos… Los actores Noémie Lvovsky, Kyan Khojandi y Alice Isaaz,
cumplen perfectamente en sus papeles de Rosalir, Vincent y Aude respectivamente.
Vincent,
que es un hombre cualquiera, podría ser yo, usted, el espectador de la fila 7
(que, dicen, según Truffaut es la ideal para ver las películas), lo mismo que
Rosalie y Aude. Cada cual tiene su vida, sus secretos, su ración de misterio,
sus fracasos y sus momentos de felicidad.
Con
estos personajes que durante mucho tiempo dan vueltas en paralelo, buscándose y
sin llegar a encontrarse, Julien Rappeneau ha construido la fábula que ya estaba
en el comic -en tres capítulos que responden a los tres tomos publicados-, un
hermoso cuento moderno cargado de fantasía y de esa tristeza dulce que es la
base de la melancolía. Los personajes, desangelados, emotivos y en manos de un
destino que no consiguen dominar, forman parte de una tradición de realismo
fantástico con final feliz, y de una forma de narrar que consiste en conocer
los distintos puntos de vista de los personajes -que transitan por un dédalo de
acercamientos y alejamientos alternos- sobre un mismo hecho. Los temas,
inmortales: la soledad, la pérdida de las raíces, las relaciones familiares…
Mezcla
tierna de humor y emoción, «Rosalie Blum» nos hace sonreír, nos reenvía a lo
que aún queda de esa vida provinciana, tranquila y sin el agobiante stress de
la gran ciudad, con personajes que resultan muy familiares y se reclama de un
cierto romanticismo pasado de moda, pero muy eficaz en la ficción; personajes
“normales” pero siempre amables. Tierna, melancólica y poética, la comedia
“Rosalie Blum” es una hermosa y brillante película rescatada de las páginas de
un comic que nos contaba una historia improbable.
Camille
Jourdy (1979) , la autora de las tres novelas gráficas que componen la serie
“Rosalie Blum”, publicada en Francia por la prestigiosa editorial Actes Sud, es
también autora de “Séraphine ou Le Charme incertain” y una segunda novela
gráfica titulada “Juliette”.
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