Hombres, mujeres y niños, hasta un
total de 662, aparecen en una bonita foto de grupo disfrazados de Charlot. La
imagen se tomó el domingo 16 de abril de 2017 en la localidad suiza de
Corsier-sur-Vevey, en el cantón de Vaud, para celebrar el primer aniversario de
Chaplin’s World, el único museo del mundo dedicado al genial actor y
realizador. En ese lugar, Charles Chaplin, Charlot, vivió los últimos años de
su vida hasta su fallecimiento, a los 88 (nació en 1889), en 1977.
Los participantes en la
concentración han batido un record, ya que anteriormente hubo otros intentos de
reunir a personas disfrazadas como el genial cómico. En esta ocasión, ya para
conseguir ser admitidos en la foto, los participantes debían vestir traje y zapatos
negros, camisa blanca, sombrero de hongo, y llevar bigote y bastón.
“Acudieron franceses, alemanes
españoles e ingleses”, ha dicho la directora del museo Barbezat-Perrin. En el
año que lleva abierto, al Chaplin’s World han acudido cerca de 300.000
visitantes.
Hace poco más de 100 años,
exactamente en 1914, nacía el personaje de Charlot, sin duda el más famoso de
los iconos cinematográficos. Con su enormes zapatones, el bastón y el sombrero,
la silueta del cómico que saltó del cine mudo al hablado, pertenece ya al
imaginario de al menos tres generaciones, y para su creador, Chaplin, significó
no solo el reconocimiento universal de sus dotes artísticas sino que también
fue quien hizo su fortuna porque Charles Spencer Chaplin, nació pobre en un barrio
londinense de desheredados, hijo de una pareja de artistas que se separó cuando
el niño tenía dos años.
Con un padre “desaparecido” y una
madre sin ingresos e internada en un asilo pisquiátrico, Charlie Chaplin creció
en la miseria hasta que a los 19 años decidió probar suerte en los escenarios,
concretamente en el music-hall, donde fue descubierto por un célebre promotor
de espectáculos que le llevó de gira por Estados Unidos y le proporcionó el
primer papel en una película, en 1914. Fue entonces, en “Para ganar su vida”,
cuando nació el personaje de Charlot.
Torpe, gamberro, ladronzuelo pero con
un corazón grande y tierno, el público se entusiasmó inmediatamente con
Charlot, el personaje al que Chaplin utilizó para denunciar la pobreza, la dictadura,
la deshumanización del progreso social… temas importante y delicados que no
gustaban a todo el mundo, como explicó su hijo Michael Chaplin, en una entrevista
en el programa del canal France 2 “Un jour, un destin”: “En América se formó un
comité que le considera demasiado violento y vulgar. Pensaba que cuestionaba
demasiado a la burguesía y le pedía “que se calmara”.
Acusado de simpatizar con los
comunistas tras la segunda guerra mundial, perseguido por los secuaces del
inquisidor McCarthy, Charlie Chaplin vivió en Suiza los últimos 25 años de su
vida y solo regresó a Estados Unidos, donde se le había calificado de
“indeseable” para recibir un Oscar de honor en 1972.
En 2014, con motivo del centenario
del nacimiento del personaje más famoso de la pantalla grande, se publicó un
libro, “Footlights”, el único que Chaplin escribió en toda su vida, encontrado
en los archivos de la Cinemateca de Bologna, y del que más tarde salió el guion
de su película “Candilejas”, la historia de amor de una bailarina y un payaso
que, para el biógrafo de Chaplin, David Robindosn, se inspiró sin duda en “el
breve pero decisivo encuentro entre Chaplin y el coreógrafo ruso Nijinsky, en
1916”.
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