Poco días después de que el Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas aprobara, por unanimidad, una resolución
presentada por Italia y Francia sobre la defensa del patrimonio cultural en
zonas de conflicto, varios ministros de Cultura de los países más
industrializados han asistido en la toscana Florencia a una cumbre llamada “G7
de la cultura”, celebrada en Taormina durante los días 30 y 31 de marzo de 2017.
Entre otras cosas, Italia, que asume la presidencia de la Unión Europea hasta
junio, ha propuesto «formar Cascos Azules de la Cultura para defender el
patrimonio mundial».
La destrucción sistemática de
bienes culturales, los saqueos y robos en conflictos y guerras, es una de las
marcas de fábrica del Daesh. La convocatoria del ministro italiano, Dario
Franceschini, ha partido de su convicción de la cultura como instrumento
universal de diálogo y de paz, y propone dos cosas: por una parte coordinar a
las distintas policías para recuperar las obras de arte robadas y, por otra,
mostrar las técnicas italianas, punteras en el sector de la restauración que ya
han conseguido, entre otras cosas, restaurar las esculturas de bustos
gravemente dañados por los jihadistas en la ciudad antigua de Palmira, llegados
a Roma en 2016 gracias a un acuerdo “científico” entre la dirección de
antigüedades de Damasco y la asociación italiana “Encuentros de civilizaciones.
La organización terrorista islámica
quiso hacer de Palmira un instrumento de propaganda, primero grabando la
destrucción de templos, torres funerarias y un gran número de obras de arte, y
después intentando vender en el mercado negro del tráfico de bienes culturales
las piezas robadas allí.
En 2015, el gobierno italiano dio
luz verde a la creación de los “cascos azules de la cultura”, una fuerza
especial que actúa bajo el patrocinio de la Unesco, cuyo papel consiste en defender
los bienes culturales, y entre ellos los arqueológicos. Ahora, el ministro
italiano propone ampliarla a otros países y quiere que, todas juntas,
participen en misiones en zonas asoladas por conflictos o ataques terroristas. Para
Mounir Bouchenaki, del Centro de Estudios para la Conservación de Bienes y uno
de los expertos que ha intervenido en Florencia, los Cascos Azules de la
Cultura son"un cuerpo especializado del ejército que está considerado como
una de las mejores estructuras mundiales”.
Italia es un país con experiencia
en este campo. Desde mucho antes, exactamente desde 1969, el cuerpo de
Carabineros italianos cuenta con una brigada encargada de la defensa del
patrimonio paleontológico, arqueológico, artístico e histórico, que hoy dispone
del mayor banco de datos del mundo de robras robadas o exportadas ilegalmente.
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