Carlos Domínguez Rodríguez |
Carlos Domínguez Rodríguez, periodista político, ha
siso asesinado al volante de su automóvil, en la madrugad del 14 de enero de
2018 en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, en el estado de Tamaulipas, muy
cerca de la frontera con Estados Unidos.
Según la información facilitada por algunas agencias
internacionales, Carlos Domínguez sería el primer periodista asesinado en
México en este año; en 2017 asesinaron a 11 periodistas en el país. El saldo,
desde 2000, asciende a 200 asesinatos.
Carlos Domínguez había trabajado hasta hace solamente
unos meses para El Diario de Nuevo
Laredo. Después se dedicaba a escribir crónicas políticas, que difundía a
través de las redes sociales, según el diario mexicano Reforma. Esta misma fuente ha publicado que, en el momento del
asesinato, Carlos Domínguez se encontraba en el interior de su coche, en el
centro de Nuevo Laredo, acompañado de su hija.
Dos días antes, el viernes 12 de enero, había
publicado un crónica en el digital
Horizonte de Matamoros, en la que denunciaba “la extremada violencia que
reina en el suelo mexicano en este período preelectoral”, refiriéndose al
constante aumento del número de crímenes cometidos en México, donde la elección
presidencial está prevista para el 1 de julio de 2018.
El gobernador del estado de Tamaulipas, Franciso
García Cabeza de Vaca, ha anunciado una investigación para determinar si el
asesinato e Carlos Domínguez Rodríguez ha sido una consecuencia de su trabajo
periodístico.
México, con sus 200
periodistas asesinados desde 2000, es uno de los países más peligrosos del
mundo para los periodistas. Las asociaciones de defensa de la libertad de
prensa denuncian que el 90% de esos crímenes permanecen impunes. El estado de
Tamaulipas, en el noreste del país es, junto con el de Veracruz, en el Golfo de
México, uno de los más afectados por los asesinatos relacionados con el tráfico
de drogas, y uno de los más peligrosos para los periodistas locales.
En noviembre de 2017,
David Kaye, Relator especial de la ONU para la libertad de expresión, visitó
México donde se entrevistó con autoridades y periodistas. En unas declaraciones
al diario francés Le Monde aseguraba que “la profesión está aterrorizada (…) “México
es una democracia, pero el nivel de violencia contra la prensa es comparable al
de países en guerra civil, como Afganistán o Siria”. Más adelante precisaba que
los periodistas mexicanos están “atrapados entre dos fuegos. El crimen
organizado amenaza o mata para impedir que se divulguen informaciones. Pero la
mitad de las agresiones son obra de funcionarios, con frecuencia municipales.
Las principales víctimas son los periodistas que investigan asuntos de
corrupción, de tráfico de drogas o de fraude electoral. Las agresiones son
también un mensaje, enviado a sus colegas y a toda la población”.
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