miércoles, 17 de julio de 2019

“Utoya. 22 de julio” de Erik Pope: la verdad simulada


A
ngustiosa y un poco pesada  ficción sobre los hechos ocurridos el 22 de julio de 2011 en la isla noruega de Utoya, cuando el terrorista neonazi Anders Breivik mató a disparos a 69 adolescentes, pertenecientes a las juventudes del Partido Laborista (socialista) que participaban en un campamento de verano sobre derechos políticos y civiles. Pocas horas antes, el asesino había cometido un atentado  con bomba en un edificio gubernamental de la capital, Oslo.

Con un guión escrito a partir de testimonios de los supervivientes, la película, dirigida por Erik Pope (exreportero de guerra, “Mil veces buena suerte”, “La decisión del rey”), está rodada en el mismo lapso de tiempo que duró la masacre, en “un plano-secuencia único”, tratando de acercarnos a “un día que nunca podremos olvidar, pero que  difícilmente podremos entender”. Los papeles protagonistas están interpretados por los jóvenes Andrea Berntzen, debutante de 21 años recién graduada en sus estudios de secundaria, Aleksander Holmen y Brede Fristad.

Muy centrada en la “hazaña” técnica de reconstruir en el tiempo real de los 72 minutos que duró la tragedia, en lograr que el espectador se sienta “como si estuviera allí” metido en la piel de una víctima imaginaria, la película “Utoya. 22 de julio” es un drama sensacionalista que, desde el punto de vista de las víctimas,  sigue las peripecias de la joven Kaja –representante de una “verdad plural” ya que el personaje está diseñado a partir de los testimonios de distintos supervivientes- intentando escapar a los disparos del terrorista, presentado aquí como una especia de “monstruo invisible” que no se ve en ningún momento. Mi impresión es que justamente el exceso de “espectacularidad” es lo que impide al espectador entender realmente como pudieron vivir la tragedia todos aquellos adolescentes sacrificados por un fanático.

Esta es la segunda película realizada sobre los atentados del 22 de julio de 2011 en la isla de Utoya. La anterior, “Un 22 de julio”, está dirigida por  el periodista y realizador británico Paul Greengrass (“Green zone”, “El ultimátum de Bourne”) y distribuida por Netflix.


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