Terror a caballo entre lo fantástico y la
antropología, « Midsommar » es una película de miedo sobre los
mecanismos de una secta: lavado de cerebros, personajes bobaliconamente felices
vestidos de blanco y coronados de flores, sacrificios explicados con la lógica
del pavor...Algunos ya han puesto nombre al género: “nuevo cine fantástico”.
Un perverso
cuento de terror que transcurre a plena luz del día, la película, escrita y
dirigida por Ari Aster (“Herederitary”) cuenta con un reparto de jóvenes
como Florence Pugh (“Lady Macbeth”. “La chica del tambor”), Jack Reynor (Detroit,
Sing Street), Will Poulter ( ‘Black
Mirror: Bandersnatch’), y William
Jackson Harper (‘The Good Place’).
Invitados por
uno de sus compañeros, Dani y Christian, una pareja de estudiantes
universitarios estadounidenses, que no está pasando por su mejor momento, acude
con varios amigos más al Midsommar, un festival de verano que se celebra cada
90 años en una remota aldea de Suecia. Lo que comienza como unas vacaciones de
ensueño en el lugar donde el sol no se pone nunca poco a poco se convierte en
una oscura pesadilla, cuando los misteriosos aldeanos los invitan a participar
en sus perturbadoras actividades festivas.
Son jóvenes, querían escapar de su rutina, querían viajar, querían
visitar Europa. El azar les lleva a un pueblo encantador donde la droga circula
como si fueran caramelos y sus habitantes practican unos rituales muy
particulares. En realidad, detrás de esa comunidad inmaculada y aparentemente
feliz se esconde una secta con rituales más que peligrosos, pero muy atractivos
al parecer cuando, como es el caso de la joven Dani, acabas de pasar por la
terrible experiencia de que tu hermana bipolar ha matado a tus padres.
Experiencia antropológica, relato
de suspense, descripción minuciosa de un caso de manipulación sectaria, en
“Midsommar” el horror es más subterráneo que evidente, basado en una violencia
que crece a medida que avanza el relato, al que tengo que reprocharle su
excesiva duración. Difícil de clasificar, belleza y horror a la vez, para su
realizador “Midsommar es muchas cosas antes que terrorífica: perturbadora,
espeluznante, retorcida, efectiva, molesta y desconcertante". Hay opiniones para todos los gustos, yo no disfruto
con la perversidad y el sadismo.
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