Didir Lombard, ex prsidnte de Franc Télecom, llegando al juzgado |
Diez años después de los suicidios de varios trabajadores de
France Télécom, Orange desde 2013, la fiscalía ha pedido la pena máxima
contemplada en el código por « acoso moral entre 2007 y 2010» para
sus dirigentes, entre ellos el Presidente y Director General Didier Lombard.
“Las penas previstas por la ley son muy escasas, solo podemos pedir la pena
máxima », dijo la fiscal Brigitte Pesquié al tribunal. Para el ex Presidente, su número
dos, Louis-Pierre Wenès , y el ex director de Recursos Humanos Olivier
Barberot, la petición fiscal es de 15.000 euros de multa y un año de cárcel.
Para otros cuatro dirigentes, acusados de “complicidad en acoso moral”, la pena
solicitada es de ocho meses de cárcel y 10.000 euros de multa.
Según FranceInfo, la fiscal dijo que se trató de un « acoso convertido en
estrategia en una de las mayores sociedades del país (…) se trata del caso
« más grave de acoso moral que yo he conocido », añadió en la
requisitoria que duró cinco horas y compartió con otra fiscal, Françoise
Benezech, para quien Didier Lombard, Louis-Pierre Wenès et
Olivier Barberot podían decir « mi oficio es el acoso moral»: “La obsesión
de que en tres años se marcharan 22.000 asalariados de la empresa, y otros
10.000 se avinieran a los planes de movilidad, se convirtió en el oficio de los dirigentes de France
Télécom”.
A finales de los años 2000, France
Télécom se convirtió en el símbolo del sufrimiento en el trabajo, ocupando las
portadas de los medios de comunicación franceses a medida que se iban
suicidando sus trabajadores, al menos hasta diecinueve reconocidos oficialmente
aunque los sindicatos elevan el número hasta cerca de sesenta.
El pasado 7 de junio de 2019, tras
cinco semanas de sesiones iniciadas el 6 de mayo, por primera vez los
dirigentes juzgados mostraron signos de emoción, e incluso se vieron lágrimas
en los ojos del principal responsable,
Didier Lombard, quien refiriéndose a su frase sobre “la moda de los
suicidios”, que pronunció el 15 de septiembre de 2009 ante los periodistas que
le esperaban a las puertas del Ministerio de Trabajo, aseguró que “no quería
ser agresivo. Me sentía paralizado por el efecto contagio de los suicidios, lo
que pretendía era rebajar la tensión”.
Para el ex vicepresidente Louis-Pierre Wenès no es
cierto que hubiera un sufrimiento generalizado en France Télécom. “Es verdad
que algunos sufrieron hasta poner fin a sus días, pero no estoy de acuerdo en
que se globalice el sufrimiento, no creo que el malestar fuera generalizado”.
Ha sido un juicio histórico en
Francia. Por primera vez, se ha juzgado a los dirigentes de una empresa del CAC
40 por acoso moral a treinta y uno de sus empleados, de los que 19 se
suicidaron y 12 más lo intentaron, víctimas del conocido como Plan Next de la
empresa que preveía la supresión de
22.000 puestos de trabajo –un empleado de cada seis- y el cambio de lugar de
trabajo de otros 10.000. El ex Presidente, su mano derecha y el director de RH,
“el buen, el bruto y el mafioso” como se apodaban según el diario comunista
L’Humanité, montaron un plan para que los trabajadores se marcharan por
decisión propia, llegando a decir en 2007 que el plan se llevaría a cabo de una
manera u otra y los trabajadores “saldrían por la puerta o por la ventana”,
frase que Lombard reconoció ante el tribunal que fue un “error, una frase
idiota”.
Los métodos aplicados en el plan Next
llevaron a miles de trabajadores a marcharse y unos cuantos centenares más
sufrieron depresiones. Para la médico del trabajo de Grenoble Monique
Fraysse-Guiglini, hoy jubilada, “se hizo de todo para desestabilizar a los
trabajadores (…) hubo muchos daños en el plano humano (…) Lo nunca visto”. En
su declaración describió situaciones de rivalidad entre colegas, despidos
efectuados por teléfono, el caso de un trabajador que se lanzó sobre su jefe
para estrangularle…”Los cuadros estaban obsesionados con el cumplimiento de los
objetivos”. Junto a otros médicos intentó avisar a Barberot, pero el ex DRH no
hizo caso. “Los médicos solo veis a la gente con problemas”.
En cuanto a la inspectora de trabajo
Sylvie Catala, declaró que en sus veintisiete años de oficio “nunca había visto
tantos escritos diciendo me siento mal en el trabajo”: “Llegué a la conclusión
de que los hechos que examinaba eran susceptibles de caracterizar que había
gente en peligro por acoso moral”. En febrero de 2010 envió un informe al
Fiscal General (de la República).
Jean-Claude Delgenès, uno de los
fundadores del gabinete de tecnología al que el Comité de higiene y seguridad
en el trabajo pidió un estudio sobre la situación en France Télécom, declaró
ante el tribunal que “se había impuesto una lógica de rodillo compresor. Solo
contaba el resultado”.
“El verano de 2009 fue traumático,
había un suicidio cada semana”, declaró el trabajador Patrick Ackermann y
recogió la periodista Chloé Pilorget-Rezzouk en su crónica en el diario
Libération. En septiembre de 2009, este empleado denunció a la empresa en
nombre del sindicato Sud-PTT por “poner en peligro la vida de otros”.
El próximo 12 de julio el tribunal
dictará sentencia.
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