“Estar solos nos pone enfermos”, dice la encantadora Jule
(Mala Emde, joven actriz de 23 años hija del reconocido artista
multidisciplinar Thomas Emde, quien debutó en la gran pantalla en 2015
protagonizando “Mi hija Anne Frank”). Jule conoce también el remedio: “Una caricia
suave mata las hormonas de la depresión”.
Suave, como esa caricia, sosegada y muy
romántica, es la refrescante road movie
alemana “303”, firmada por Hans Weingartner (“Free Rainer”, “Los edukadores”), un cuento que traza los
rasgos de la generación, un poco perdida, de los milenials: adeptos de Google y las redes sociales pero desconfiados
de la información servida por los medios de comunicación, viajeros, que no
turistas, han estado en otros países y hablan varias lenguas.
Cuando Jule -recién
cateada en un examen de biología- recoge
al autoestopista Jan (Anton Spieker, 30 años, protagonista de varias series de
televisión alemanas) -que acaba de
perder su beca para el siguiente curso en ciencias políticas-, en su autocaravana (una auténtica casa rodante
montada sobre un motor Mercedes 303 lo que da origen al palindromo del título)
cree que el ser humano es, por naturaleza, empático y cooperativo; Jan, por su
parte, piensa que somos genéticamente egoístas. Los dos estudiantes berlineses
recorren media Alemania, pasan por Bélgica y Francia, llegan a Bilbao donde Jan
esperaba conocer a su padre biológico
–un armador que fue la aventura de una noche de verano de su madre-, un sueño
que se desvanece, y continúan hasta el pueblo portugués donde reside y trabaja
el novio de Jule.
Una historia sobre la atracción de los contrarios con bucólicos
paisajes de bosques, la visita a un
antiguo monasterio y a una cueva con pinturas rupestres, y refrescantes escenas de chapuzones, en algún
lago y río centroeuropeo y varias calas cantábricas. El nacimiento de un
sentimiento afectivo que va surgiendo de la confrontación de puntos de vista
sobre la política, la evolución de la humanidad y el amor. Jule y Jan – que
perfectamente podrían pasar por hermanos, vestidos siempre en la misma gama de
colores- hablan de socialismo y capitalismo, de cooperación y competencia, de
fidelidad y lealtad. También recuerdan ese mantra que antes que ellos adoptaron
otras generaciones: “los mejores se suicidan a los 27” (recordemos nosotros: Jimmi
Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Amy
Winehouse… y el hermano de Jule, anterior propietario de la caravana).
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